El adiós de Bernie Sanders a la carrera hacia la Casa Blanca representa un estrepitoso fracaso de la izquierda en Estados Unidos y aclara el camino para que la campaña a partir de ahora gire hacia el centro. La situación excepcional provocada por la crisis del coronavirus y la clara ventaja que previamente había alcanzado Joe Biden en las primarias demócratas han forzado al veterano cuasi socialista a despedirse de la presidencia. Se une en su fracaso a Elizabeth Warren, la otra alternativa propuesta desde la denominada nueva izquierda o nuevo progresismo, que ha sido mayoritariamente rechazado por los compromisarios demócratas, muchos de los cuales auparon a Barack Obama al poder hace más de una década. Entonces, el cambio resultó oportuno e inspirador para la sociedad americana. Hoy, las ideas de Sanders y Warren han sido valoradas como desfasadas y empobrecedoras para los americanos.
La diferencia entre ambos fracasos, sin embargo, es notable. Mientras que Warren incorporaba algunos planteamientos que incentivaban la participación de la sociedad civil, la lucha contra el cambio climático y una visión más abierta e innovadora de las relaciones internacionales, Sanders se ha regodeado en intentar convertir a la sociedad norteamericana a un tardosocialismo que no tiene cabida en Estados Unidos. También en buscar recursos políticos del pasado en política exterior, cuando el liderazgo norteamericano necesita, ahora más que nunca, un impulso renovado y una intensa clarificación de objetivos y reforzamiento de las alianzas tradicionales, entre ellas, prioritariamente, la europea y la atlántica.
El giro al centro en el debate electoral americano resulta más que beneficioso teniendo en cuenta el impacto de la COVID-19 y las consecuencias extraordinarias que va a tener a nivel doméstico y en la economía global. El Congreso ya había iniciado el camino del consenso bipartidista para aprobar las primeras medidas de choque frente a la crisis. Ahora, Joe Biden está en condiciones de actuar como un estadista desde la oposición sin dejar de cuestionar las incertidumbres añadidas por el presidente Trump en la gestión de la pandemia. Es pronto para valorar en clave electoral la situación a día de hoy, porque, si bien en algunas encuestas reflejan un aumento del apoyo al presidente en este momento de excepcional preocupación, la retirada de Sanders puede dar alas a Biden para que aglutine parte del voto más centrado del Partido Republicano y pueda liderar el cambio y finiquito definitivo a la insoportable polarización.
José Mª Peredo es Catedrático de Comunicación y Política Internacional