El pasado viernes 8 de enero fue detenido Joaquín Guzmán Loera alias “el Chapo”. Considerado el mayor narcotraficante del mundo, cuyos negocios ilícitos le otorgan un patrimonio valorado en 3.000 millones de dólares y que se extienden por los 5 continentes. Cabeza y líder del cartel de Sinaloa en México, uno de los más poderosos del país, ha desquiciado y humillado a la administración del Presidente Peña Nieto desde su fuga a través de un túnel improvisado desde la prisión de máxima seguridad del altiplano en el distrito federal el pasado mes de julio. Desde entonces la leyenda del Chapo ha alimentado a los medios de comunicación de todo el globo y ya es considerado uno de los referentes de la historia criminal del narco-trafico junto a Al Capone o Pablo Escobar.
Su captura tuvo lugar en los Mochis, una pequeña ciudad de su tierra natal Sinaloa, donde cuerpos especiales de la marina mexicana en una complicada persecución de más de 6 horas donde hubo varios muertos, en su mayoría miembros de su cordón de seguridad privada, se finalizó con el apresamiento del Capo de la droga en el momento que salía de una alcantarilla que comunicaba con uno de los domicilios donde se refugiaba.
Después de haber puesto en tela de juicio la efectividad de las actuaciones del gobierno del PRI, vivo y devuelta a la cárcel de donde se fugó, es hora de que la justicia Mexicana decida si volver a encerrarlo o extraditarlo a los EE.UU.
En torno a la figura del Chapo, ésta se ha engrandecido con el tiempo. Empezando como un humilde agricultor ayudaba a su padre con la venta de marihuana para tener un salario extra, pero con el tiempo forjó uno de los cárteles mejor organizados del país con una cúpula segmentada y una amplia red de sicarios e informadores. Son ya 17 los estados Mejicanos donde opera el cártel y 5 los que domina en su plenitud, además de ser el principal salvoconducto del narco tráfico hacia el mercado estadounidense a través de la frontera. Su negocio se financia con la cocaína, la marihuana, heroína y metanfetamina que produce, trafica y comercia en su vasto imperio que abarca amplios rincones del globo, entre los que se destacan EE.UU, Europa, Australia, Canadá o el sudeste asiático.
El apresamiento del Chapo ha supuesto un respiro para el gobierno de Peña Nieto cuya imagen quedó bastante deteriorada tras lo acontecido con los 43 muertos de Ayotzinapa en la masacre de Iguala, los escándalos de corrupción y la huida de Chapo.
Según los cuerpos de seguridad la captura del Chapo era cuestión de tiempo, pues se había desplegado un amplio dispositivo de búsqueda. No obstante este escurridizo Narco ya se había fugado en 2 ocasiones en 2001 de la prisión de Puente Grande y en 2014 del Altiplano. Tras su primera fuga pasaron 13 años, sin embargo su segunda escapada ha durado unos efímeros 6 meses, cuya detención fue posible debido a los múltiples errores que tuvo prófugo, lo que condujo a las fuerzas de seguridad a pisarle los talones durante los últimos meses en los que logró escabullirse en dos ocasiones, una en la sierra Madre y otra en la misma localidad de los Mochis en el mes de julio.
Las claves de su captura son dignas de película, y nunca mejor dicho pues fuentes oficiales afirman que el Chapo estaba grabando una película sobre su vida, cuyo escándalo ha manchado a varias actrices del panorama mejicano y al actor de Hollywood Sean Penn, quien pudo haberse reunido con él en pasado mes de octubre. Los aires de grandeza y la megalomanía de este Narco se convirtieron en su perdición, pues el revuelo y la parafernalia dirigidas al rodaje de este documental autobiográfico, supusieron una pista esencial para los servicios de inteligencia que junto la DEA propiciaron la captura del líder del cártel de Sinaloa.
Ahora la gran cuestión se cierne sobre el futuro del Chapo. Y la dicotomía entre encarcelarlo en México de nuevo, con la posibilidad de que pudiera volver a escaparse lo que supondría una humillación sin precedentes para el gobierno de México, o ceder a las pretensiones de sus vecinos del norte y extraditarlo para ser juzgado por una corte de los Estados Unidos que ya tienen levantados varios cargos para el enjuiciamiento del capo de la droga, lo que también supondría un empeoramiento de la imagen del gobierno mejicano que denotaría la ineficiencia para controlar a sus propios criminales. Este dilema intoxicado ha situado a México en el punto de mira de las noticias internacionales, aunque por lo pronto no se tiene un veredicto definitivo.
Dexter Vidal Martínez