México vuelve a temblar tan solo 12 días después del último terremoto. Con epicentro a 12 kilómetros de Axochiapan, en el estado de Morelos, y una magnitud de 7,1 en la escala Richter, el terremoto ha provocado alrededor de 200 víctimas en Ciudad de México, Puebla, Morelos, Estado de México, Guerrero y Oaxaca, entre ellos un español. Este seísmo se ha producido 32 años exactos después de aquel temblor que derrumbó la Ciudad de México y causó 10.000 víctimas.
Con al menos 35 edificios derrumbados y tres mil al borde del colapso en la capital, la vida se ha visto afectada por el trabajo de los cuerpos de rescate y el de miles de voluntarios para buscar personas atrapadas bajo los escombros. Multitud de voluntarios y equipos de rescate trabajan todavía para encontrar y salvar a muchas personas que se temen se encuentran atrapadas bajo los escombros, por ello, se está evitando usar maquinaria pesada para mover escombros. Además, equipos del gobierno mexicano proporcionan ayuda psicológica a menores.
Se le suman a los edificios al borde del derrumbe, las difíciles labores de rescate y la incertidumbre tras la desaparición entre los escombros de familiares y amigos, la posibilidad de que el sismo haya roto conductos de gas, provocando explosiones como la del Tajo de Santa Ana, en Guanajuato, que ya ha dejado dos heridos.
México está ubicado en una zona de “alta sismicidad”, según el Servicio Sismológico Nacional (SSN). En la zona interactúan cinco placas tectónicas: la de Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la placa del Caribe. Además de encontrarse en el ‘Gran Cinturón de Fuego’, un arco que va de América a Asia y donde se produce el 90% de los terremotos del mundo y 8 de cada 10 de los más violentos.
Rebecca Sánchez, Yaiza Sivera y Miguel Marín.