Antonio Ledezma, Sonia Alda y Javier Fernández Arribas han debatido en la Universidad Europea de Madrid sobre los porqués de la situación en Venezuela.
“Nunca he visto la sala tan llena”, comenzaba diciendo Christian Griot, alumno del Doble Grado en Periodismo y Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Madrid quien, con la ayuda de Julia Pulido, profesora titular de Relaciones Internacionales y Seguridad, moderaba la ponencia. El título del encuentro, Venezuela sin libertad de expresión, revelaba la trascendencia de la materia que se trataba.
Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas, recogía el testigo de la primera pregunta que lanzaba el moderador: ¿Por qué en Venezuela no hay libertad de expresión? “Porque no se puede hablar como aquí”, respondía, arrancando las primeras reacciones del público. Afirmaba tajante que “en Venezuela opinar es un delito”, y que “hablar de una democracia sin libertad de expresión es hablar de una capilla sin santos”. Con esta comparación, encaminaba la idea principal de su discurso: “no hay duda de que Venezuela es, actualmente, víctima de un régimen dictatorial”.
El alcalde Ledezma expresaba también su indignación por el hecho de que “en Venezuela no hay separación de poderes, lo cual es imprescindible para que hablemos de un estado de derecho y de democracia”, y cuenta que la inflación en el país supera el millón por ciento debido a la pésima gestión económica que ha llevado a cabo el gobierno: “El dinero tiene un precio surrealista como consecuencia de este desorden administrativo”.
Por su parte, Javier Fernández Arribas, director de la revista Atalayar, destacaba la necesidad de que se cuente lo que está sucediendo en el país latinoamericano. Explicaba que las últimas elecciones celebradas en Venezuela fueron fraudulentas porque la Asamblea Nacional impidió que algunos partidos de la oposición sen presentasen como candidatos, razón por la que Nicolás Maduro no cuenta con el reconocimiento de la comunidad internacional y se considera que el presidente legítimo es Juan Guaidó.
Sonia Alda, profesora de la Universidad Pontificia de Comillas e Investigadora de el Instituto Elcano, advirtió de que no acudía en calidad de política o periodista. Quiso ahondar en por qué el chavismo sigue existiendo: “les aseguro como historiadora, que las dictaduras necesitan un apoyo popular también”. Con respecto a Guaidó, afirmaba que “su movimiento es una auténtica genialidad política”, pero que le preocupa que haya “gente que sea chavista porque dice que no encuentra otra alternativa política”.
Al término de la ponencia, el alcalde Ledezma volvía a lamentarse de la profunda crisis que asola Venezuela: “Maduro prometió acabar con la pobreza y cumplió; está acabando con los pobres porque los está matando de hambre”.
Ledezma definió el régimen venezonalo como una anarcotiranía. “La verdad verdadera es que Maduro se sostiene en el poder a fuerza de crímenes”, exclamaba.
Brotaron lágrimas entre las miradas atentas del público, y Ledezma insertaba un reclamo en su discurso de denuncia: “Yo le pido a España, a Europa y al mundo que no sean culpables pasivos del crimen que se está cometiendo en Venezuela”.
Marina Alcázar López