Oriente Medio se ha mantenido como un constante foco de conflictos desde hace siglos. En los últimos años, han sucedido numerosas confrontaciones violentas en esta región, en la que Estados Unidos mantiene un gran interés. Esta inclinación de Estados Unidos por el control de esta región encuentra su mayor obstáculo en Irán, con una constante rivalidad con la República Persa que intenta ganar influencia en sus estados vecinos. Esta confrontación, se ha mantenido desde la inclusión del estado persa en lo que el Presidente George W. Bush denominó “El Eje del Mal”, alcanzó una nueva dimensión en 2011 tras una serie de ataques.
A pesar de esta convulsa situación, en los últimos años, desde Estados Unidos han optado por reducir su presencia militar en Oriente Medio. Con la Administración Trump pudimos ver la retirada de tropas de diferentes estados de la región como Irak o Afganistán, reduciendo sus soldados a unos 5200 (plantea reducirlo a 3.000) en el primero y buscando retirar la totalidad de sus tropas desplegadas en el segundo. Toda esta operación se ha llevado a cabo tratando de dar una impresión de estabilidad en la zona y dejando una serie de alianzas estratégicas en la región arabe. Desde Israel, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita (a pesar de los últimos acontecimientos en relación con la retirada de apoyo de la Administración Biden en la Guerra en Yemen), hasta Marruecos. Con el cambio de Presidencia y la llegada de Biden a la Casa Blanca, está por ver cuál será la estrategia que decida seguir en esta materia, pues si bien todo indica a que se continuará con esta retirada de tropas se han presenciado diferentes ataques por parte de Irán o milicias pro-iraníes a aliados de Estados Unidos.
Joe Biden e Irán
El año es 1979 y el protagonista es el sah de Irán Mohammed Reza Pahlevi. Las relaciones entre el monarca y los Estados Unidos son cordiales, existe estabilidad entre ambos estados. Sin embargo, entre los líderes islámicos chiitas más ortodoxos esta cercanía es percibida como una amenaza a los valores fundamentales de la religión y la cultura oriental. El sah viajó a la ciudad de Nueva York el 22 de octubre para recibir tratamiento médico contra un cáncer contra el que luchaba.
Este es el escenario que el ayatolá Ruholla Jomeini oportunamente aprovechó para encabezar un revolución islamista chiita contra el monarca el 1 de noviembre del mismo año. Tres días más tarde del levantamiento 500 de sus fieles y seguidores, mayoritariamente estudiantes, rodean la embajada americana en la capital, tomando a 52 trabajadores de la misión diplomática como rehenes durante 444 días, la denominada Crisis de los rehenes de Teherán. 
Este hecho marcará el inicio del conflicto iraní que vive hasta nuestros días; ninguno de los dos países ha superado en los 40 años transcurridos desde la crisis la conmoción que supuso.
Alianzas 
Con respecto a las alianzas es necesario esclarecer el escenario en materia de política exterior de los últimos meses de Trump como presidente. Los informes del Pentágono y del Consejo de Relaciones Exteriores describen que los desafíos de EEUU tanto en la actualidad como en los próximos años consisten en contener las ambiciones nucleares de Iran; resolver el conflicto palestino-israelí; apoyar a los aliados en el Golfo Árabe, así como a Egipto y Jordania; estabilizar la situación en Libia e Irak y tratar de acabar con la alianza entre Siria y Rusia e Irán. Dicho esto, las actuaciones de Trump se basaban en afianzar las relaciones con Arabia Saudí, Israel y Egipto, al tiempo que mantiene una posición más combativa con Irán.
Por otro lado, Biden (incluso cuando ejerció la vicepresidencia de Barack Obama desde el 2009 hasta el 2017) actúa en la diplomacia americana y política militar con un enfoque consistente en las negociaciones con Siria, Israel, Irán e Irak. 
En un discurso telemático, el actual presidente Joe Biden, afirmó que la alianza transatlántica ha vuelto tras cuatro años de tensiones. Además destacó que dicha alianza es la base de la seguridad colectiva y la prosperidad común. Asimismo, Biden reiteró su compromiso con la OTAN, haciendo mención al proceso de paz en Afganistán.
Por otro lado, Joe Biden, en sus primeras comparecencias en la Casa Blanca, anunció varias medidas en política exterior completamente diferentes a las decisiones tomadas por su antecesor. Aboga por dar fin al respaldo a la ofensiva en Yemen, liderada por Arabia Saudita y ha decidido suspender la retirada de las tropas estadounidenses de Alemania y aumentar la admisión anual de refugiados, en torno a 125.000. Biden también habló de las relaciones con China y Rusia, país al que le pidió la liberación del opositor Alexéi Navalny y condenó el golpe de Estado en Myanmar.
Uno de los cambios que el nuevo departamento de Biden está llevando a cabo tiene que ver con la proclama de Donald Trump el 10 de diciembre de 2020 reconociendo el reclamo del gobierno marroquí sobre el Sáhara Occidental, siempre y cuando Marruecos reconociese Israel. Sin embargo el nuevo equipo de gobierno de Biden ha afirmado su compromiso con el derecho internacional en el Sáhara Occidental y su apoyo a la posición de las Naciones Unidas, la cual considera a la región como un territorio no autónomo en la agenda del Comité de Descolonización y del Consejo de Seguridad de la ONU. Es más, el departamento de Estado ha abierto una sección en su página web dedicada al territorio del Sáhara Occidental como región separada de Marruecos, donde Estados Unidos brinda apoyo financiero a la misión de las Naciones Unidas para organizar el referéndum en el Sáhara Occidental.
A ello tenemos que hacer mención a las declaraciones que el 20 de febrero de 2021 hizo el Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en España, Conrad Tribble donde afirmó que el nuevo equipo de gobierno iba a apoyar el proceso de la ONU en aras de entablar una solución justa y duradera, apoyando así el Referéndum en el Sáhara Occidenta.  En la misma línea, el Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en España, Conrad Tribble, dos días más tarde hizo unas declaraciones a El País donde aseguró que el nuevo equipo de gobierno de Joe Biden estaba detenidamente revisando las decisiones tomadas por el expresidente Doland Trump, incluida la declaración del reconocimiento de la supuesta soberanía sobre el Sáhara Occidental.
Es más que evidente el cambio de rumbo que el nuevo equipo de gobierno de los Estados Unidos de América está llevando a cabo respecto a las posturas tomadas por el anterior presidente Donald Trump. Nos encontramos ante un nuevo campo de juego donde EEUU quiere tener una posición dominante en los países de orientes en aras de paliar el avance de China y Rusia en dichas regiones.