Sonaba imposible hace apenas un par de meses, pero Corea del norte y Corea del Sur parecen apostar por el deshielo, al menos de momento, tras una etapa de graves tensiones. La apertura de conversaciones ha sido en distintas etapas, el primero, el “sí” de Pyongyang a participar en los Juegos Olímpicos de Invierno en el Sur. El segundo, la decisión de abrir un diálogo militar “para resolver las tensiones actuales”, según apunta un comunicado conjunto, y la reapertura de una línea de comunicación entre los dos ejércitos. Según el diario el País
En la actualidad y según una encuesta de percepción de unificación realizada en 2017 por el Instituto para Estudios de Paz y Unificación de la Universidad Nacional de Seúl, la mayoría de los surcoreanos no son optimistas sobre la reunificación el 24.7 por ciento de los surcoreanos no cree que la unificación sea posible. Solo el 2.3 por ciento de los encuestados surcoreanos cree que la unificación es posible “dentro de 5 años”, mientras que el 13.6 por ciento respondió “dentro de 10 años”. Sin embargo, la misma encuesta indica que el 53.8 por ciento de los surcoreanos cree que la reunificación es necesaria
Más allá de eso, hay poco consenso sobre qué tipo de país debería ser una Corea unificada. Casi la mitad de los encuestados de Corea del Sur quiere mantener el sistema político democrático de Corea del Sur, mientras que el 37.7 por ciento apoya alguna forma de híbrido, un compromiso entre los sistemas de Corea del Sur y Corea del Norte. Aún así, el 13.5 por ciento de los surcoreanos respondió que prefieren la existencia continua de dos sistemas dentro de un país.
Desde un punto de vista puramente estadístico, los costos de la reunificación son asombrosos: $ 1 billón. Los programas gubernamentales de bienestar social deberán dar cuenta de una afluencia poblacional de 25 millones de personas, muchas de las cuales han tenido poco acceso a servicios de salud y no solo están desnutridas físicamente como resultado de la crisis alimentaria de Corea del Norte, sino que pueden verse emocional o psicológicamente afectadas por el régimen. (The Economist, 2017).
Hasta el día de hoy, las relaciones de “little rocket man” con otras potencias mundiales no ha sido favorable. Entre los principales involucrados en la política norcoreana se encuentra Moon Jae-In, presidente surcoreano, que debido a su cercanía, siempre ha optado por encontrar una solución diplomática a las tensiones.
Shinzo Abe, Primer Ministro Japonés, debido a que en los últimos años, las pruebas nucleares norcoreanas han invadido aguas japonesas, señala a Corea del Norte como un enemigo y declara “no tolerar” dichas acciones.
Por otro lado, China, antiguo aliado del país, ha roto sus relaciones debido a que la agresiva política de Kim Jong-un amenaza su propia seguridad nacional. Además, se trata del único que país que ha ejecutado verdaderas sanciones, cortando las importaciones comerciales. Por último, Donald Trump, ha sido el primer presidente en amenazar con un ataque nuclear a Corea del Norte, aunque también ha tratado de disuadirles de abandonar su programa de desarrollo de armas nucleares.
En último año Corea del Norte ha tenido más intención de establecer relaciones con Corea del Sur, ya que ha visto que no puede abastecerse por sí mismo, por lo cual, la unión con Corea del Sur sería la vía para conseguir su objetivo.
Entre las relevantes intenciones de unión, podemos destacar el reciente desfile de ambas Coreas bajo una misma bandera, que ha sido contemplado por los líderes de los dos coreas kim Jong-Un y Moon Jae-In, y loa altos cargos de ambas partes Kim Yo-Jong, hermana del líder norcoreano, y Kim yong-Nam, jefe de Estado.
Otra de las iniciativas que se toma es la cumbre que se celebrará en abril de este mismo año, donde se reunirán ambas partes para iniciar diálogos, buscar una solución beneficiosa para ambos, y establecer acuerdos que fomenten la unión.
A su vez, hace unos días, se anunció la posible cumbre cara a cara entre Donald Trump y Kim Jong-Un, que se realizará a finales de Mayo.
Este anuncio tiene tres causas principales: primero el cumplimiento más estricto por parte de China de las sanciones, segundo las amenazas estadounidenses de un ataque preventivo, y tercero, la importancia de la diplomacia surcoreana de Moon Jae-in.
Un portavoz de la Casa Blanca señala; “No vamos a cometer los errores del pasado. Hemos revisado lo que se hizo en anteriores negociaciones y todas condujeron a una distensión; se hacían concesiones a cambio de mantener el diálogo. Pero esta vez el presidente tiene claro que no dará ninguna recompensa a Kim Jong-un”. Duras palabras, ante la situación que está por llegar, en la que si todo sale según lo esperado, “la desnuclearización completa de la península coreana -el gran objetivo de Estados Unidos y Seúl- entrará de lleno en el buen camino”.
Por otra parte, pasamos a analizar qué influencia tendría esta unión para otros países. A continuación, voy a nombrar algunos de los países que tendrían una mayor relevancia en la zona: China, una de las potencias económicas y a la vez Comunista, se convierte en un modelo a seguir para Corea del Norte, un modelo donde se contempla dos sistemas en un mismo país.
Rusia tendría menos influencia en la zona, ya que es uno de los principales suministradores de energía y armamento, y lugar de desplazamiento de los refugiados norcoreanos.
Por otra parte, tendríamos a Japón, que las principales disputas entre Corea son por el control de la península, y la preocupación de Corea por las amenazas nucleares de Corea del Norte.
Por último, EE.UU, uno de los mayores aliados de Corea del Sur, y que no estará dispuesto a negociar con Corea del Norte cuando retiren sus armas nucleares. “Se abrirá diálogo con Corea del Norte si se prometen a retirar las armas nucleares”, cosa que Corea del norte ha mostrado intención de llevar a cabo.
Stefanie Cañada
Carlota de Frutos
Luisa Weng
