Tras el bloqueo total de la cumbre celebrada el pasado domingo 30 de junio y el cese de las negociaciones durante 24 horas, el reparto de los altos cargos que liderarán las instituciones europeas durante la próxima legislatura se ha anunciado el pasado martes 2 de julio.
Ha sido una jornada marcada por las reivindicaciones, en la que más de ocho mil personas se han reunido junto al Parlamento Europeo -según declaraciones de fuentes policiales a EFE-, en una concentración organizada por el Consell per la República catalana bajo el lema “Omplim Estrasburg” (llenemos Estrasburgo), en favor de Carles Puigdemont, Toni Comín y Oriol Junqueras. Matthew Carthy, diputado irlandés del Sinn Féin, ha tomado la palabra con una foto de Carles Puidgemont en la mano denunciando la ausencia de los tres diputados electos catalanes, y pidiendo a Antonio Tajani, presidente saliente de la Eurocámara, que se pronunciara, el cual ha ignorado la petición del diputado irlandés.
Sumado a esto, la formación de Nigel Farage, ganadora indiscutible de las elecciones de mayo en Reino Unido, ha dado la espalda a la Eurocámara al sonar la ‘Oda a la Alegría’, Novena sinfonía de Beethoven, que es himno oficial del Consejo Europeo desde 1972, y de la Unión Europea (UE) desde el 85, mostrando así su apoyo al “brexit” y su rechazo a la institución europea.
El presidente del Consejo Europeo, Donal Tusk, ha anunciado en su cuenta de Twitter el reparto de cargos, que supone la victoria del Partido Popular Europeo (PEE), quienes dirigirán tanto la Comisión Europea (CE), como el Banco Central Europeo (BCE).
Al frente de la Comisión Europea se situaría la actual ministra de Defensa alemana, la conservadora Ursula von der Leyen, como su presidenta. Se convertiría además en la primera mujer en la historia al frente de esta institución.
También por primera vez al frente del Banco Central Europeo veríamos a una mujer, la actual directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.
El ministro de Asuntos Exteriores español, Josep Borrell, sería nombrado al frente de la jefatura de la diplomacia europea.
La presidencia del Consejo Europeo recaería sobre el primer ministro belga en funciones, Charles Michel.
Por último, la presidencia del Parlamento Europeo se repartiría a partes iguales entre el búlgaro Sergei Stanicev y el alemán Manfred Weber.
Se cierra así el reparto de altos cargos que completa la elección del Parlamento Europeo del pasado 26 de mayo, con la elección oficial del presidente de la Comisión Europea para los próximos dos años y medio y que está programada para el miércoles 3 de julio.
Todo esto sucede tras el fracaso de la cumbre del 30 de junio que no consiguió resolver ninguno de los nombramientos que se había propuesto, resultando en un desastre comparable al de la cumbre de 1994, cuándo se suprimió el derecho de veto en la elección de presidente de la Comisión Europea, o al de Niza del año 2000, la más larga celebrada hasta la fecha, tras la que París y Berlín perdieron el liderazgo en favor de Alemania.
Los ‘spitzenkandidaten’, o candidatos principales, no consiguieron el apoyo del Consejo Europeo. La figura que se postulaba para la presidencia de la Comisión, su actual vicepresidente el socialista Frans Timmermans, apoyado por Pedro Sánchez, fue rechazada tras el bloqueo del PEE del pasado lunes. Esto sucedía tras una potente campaña en su contra llevada a cabo por el grupo de Visegrado, constituido por Varsovia, Budapest, República Checa y Eslovaquia, quienes también se oponían al candidato popular, Manfred Weber. Timmermans se había manifestado enérgicamente con anterioridad contra los autoritarismos mostrados por los gobiernos polaco y húngaro, y el portavoz del primer ministro húngaro, Zoltan Kovacs, había anunciado que su Gobierno haría “todo lo posible” para impedir la elección del socialista.
La cumbre ha resultado una de las más complejas, con una Angela Merkel que mostraba problemas de salud y aún más graves conflictos dentro de su propio partido, dónde muchos se han opuesto a lo pactado por la canciller alemana con los socialistas y liberales cerca de la cumbre del G20 en Osaka. Si se agota su mandato, Merkel sería destituida como canciller en 2021.
Por su parte, Pedro Sánchez culpaba a los populares del fracaso de las negociaciones del pasado domingo 30, “desgraciadamente, una parte del partido popular no ha respetado el acuerdo” ha dicho citando a Merkel y a Weber, y ha alegado “una sensación de enorme frustración” tras la jornada.
En cualquier caso, los nuevos cargos tendrán que hacer frente a graves conflictos como lo son el Brexit, cuya prórroga vence el 31 e octubre, y que supondrá la salida de Reino Unido de la UE salvo caso de prórroga, o de un poco probable acuerdo, y que haría pasar al Parlamento Europeo de los 751 eurodiputados actuales a 705. Esta salida podría afectar a la integridad territorial de Reino Unido por la posibilidad de la independencia de Escocia y la reunificación de Irlanda.
En la agenda de la Unión Europea se barajan también Visegrado, que se aleja de los principios comunitarios, el objetivo de formación de un ejército europeo, la migración, o la crisis climática entre otros.