El pasado martes 2 de Junio se celebró la última sesión de “Charlas con”, una serie de debates que, para su edición final contó con la presencia del periodista y escritor Javier Valenzuela.
Esto es una prueba
Valenzuela se licenció en Ciencias Económicas por la Universidad de Valencia, trabajó 30 años en el diario El País, y fundó y dirigió en 2013 la revista mensual tintaLibre. Además, ha sido tertuliano en Los Desayunos de Televisión Española y en Hoy, con Iñaki Gabilondo, en CNN +. Es autor del blog Crónica Negra y ha publicado nueve libros, ocho de ellos periodísticos y una novela. Tangerina, su novena obra y primera novela, apareció en febrero de 2015 en Martínez Roca (Grupo Planeta).
Presentado por Alana Moceri –profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea de Madrid–, Javier Valenzuela agradeció la invitación y comenzó hablando de la importancia de la comunicación política que, “tanto nacional como internacionalmente, es imprescindible para entender la democracia y cómo funciona el mundo”. “Cuándo dije ayer que iba a venir aquí mi hija me dijo; pero papá, no habrá nadie, estarán de exámenes” –comentó– “me alegra ver que habéis podido sacar tiempo para venir”.
Valenzuela hizo referencia a una frase de Charles de Gaulle, Presidente de la República Francesa de 1958 a 1969, “al oriente complicado voy con ideas sencillas”, para explicar que, “lo importante en la vida es que las hojas y las ramas no te hagan perder los árboles”. “La vida es más sencilla de lo que parece, hay que aprender a ver el bosque, las situaciones complicadas, afrontarlas con ideas simples” –explicó–.
Habló también de su experiencia vital respecto al ser humano, “los seres humanos somos aparentemente distintos pero, si uno recorre el mundo llega a la conclusión de la unidad sustancial del ser humano” –relató–. “Tenemos muchísimo más en común que las pequeñas diferencias, todos aspiramos a unos mínimos, alimentación, sanidad, educación, libertad, justicia y dignidad. Eso, lo maravilloso, es lo que dijeron las revoluciones francesa y americana, y a eso me reivindico” –concluyó–.
Continuó hablando del “mal” estado del mundo en lo que llevamos de siglo XXI. “Las ideas de las declaraciones de libertad, que parecían avanzar en algunos momentos del siglo XX, se detuvieron en el siglo XXI” –dijo Valenzuela–. Y del estado de las relaciones políticas en la actualidad, “las decisiones de Bush hundieron el sueño de EEUU cómo única potencia imperial del siglo XXI, abriendo el multirateralismo, resurgieron países que parecían muertos. Seguimos en el choque, entre comillas, de civilizaciones”.
La “falta de una política exterior común” –según palabras del periodista– por parte de la UE, convertida en un “club contable dirigido por Alemania” y el “falso triunfo” de 1989 de la democracia, fueron otros de los temas que trató el Valenzuela. “Lo que creíamos que era el triunfo de la democracia fue el triunfo del capitalismo, dicho a trazos gruesos, del neoriberalismo, donde el más fuerte, rudo o habilidoso para hacer trampas se impone al más débil” –explicaba–.
Posteriormente se dio paso a una ronda de preguntas en la que Valenzuela respondió, entre otras cuestiones, al hipotético escenario en que Turquía fuera atacada por el “EI” de cara a las próximas elecciones del domingo, poniéndose en marcha el recurso del artículo cinco de la OTAN, y si Turquía pediría ayuda a la organización dándoles una oportunidad de intervenir en el conflicto de Isis y Siria.
Javier Valenzuela respondió con un “no” rotundo. “La respuesta es no, su política es lidiar por si mismos con la disidencia curda, con el “EI”, y con lo que sea. Jamás recurrirían a una ayuda exterior, y mucho menos de EEUU/ la OTAN” –explicó–. Recordó además la situación que se dio hace unos años por la que Turquía “se nos escapó”. “La UE les rechazó, Erdoğan captó el mensaje y volvió a la mentalidad Otomana” –concluyó–. “Creo que pueden lidiar con una situación así por si mismos, el ejército Turco es serio”.
Para finalizar Valenzuela aconsejó a los presentes de cara al futuro. “Dejaros llevar menos por la actitud dominante, por el discurso preestablecido” –dijo–. “Todas las generaciones aspiran a mejorar el mundo porque parten de la idea de que puede que haya cosas buenas y puede que haya cosas mejorables”. “El espíritu de crítica y rebeldía es clave en todo, y profesionalmente triunfaréis solo así” –terminó–.