Tras ser suspendido el referéndum revocatorio por la justicia venezolana y el anuncio por el parlamento de investigar a Maduro para exigirle responsabilidad política. El Gobierno ha decidido dar un paso atrás con el fin de calmar las tensiones despertadas por esta decisión y anunciar la liberación de seis presos políticos, condición sine qua non para comenzar a negociar con la oposición.
Este suceso ha tenido lugar gracias a la incorporación del papado a la vigente mediación que ya se estaba dirigiendo desde la esfera internacional. A la mesa de negociación se han sentado el Gobierno, y el Partido Unidad Democrática, cuya figura más conocida es el gobernador Henrique Capriles. A cambio de las liberaciones de presos políticos, la oposición ha suspendido la marcha que estaba prevista para ayer frente al Palacio de Miraflores. El diálogo no puede llegar en mejor momento para frenar la inestabilidad causada por discrepancias entre el ejecutivo y el legislativo. La semana pasada la Asamblea planteaba, como respuesta a la paralización por los tribunales del proceso revocatorio, realizar un juicio político con el fin de establecer la responsabilidad política del presidente, quien tendría que haber comparecido esta semana de no haberse iniciado el proceso de negociación. Maduro respondía a esta iniciativa catalogándola como una violación a la Constitución y por lo tanto consideraba que el Parlamento debía ser demandado por la Procuraduría General.
En cambio, con este acuerdo, la oposición se ha dividido y el partido de Leopoldo López, Voluntad Popular, no ha querido aún unirse a las negociaciones. En palabras del conocido preso político “no han mejorado las condiciones para iniciar un verdadero proceso de diálogo” y amenaza con llevar a cabo la suspendida manifestación, si antes del 11 de noviembre el presidente no decide retomar la senda constitucional. El Presidente de Venezuela ha enfocado recientemente el discurso de su programa televisivo contra este partido, llegando a calificarlo de “terrorista” y pidiendo a los poderes públicos que actuasen frente a la amenaza que supone para el país.
Junto al Papa, el otro mediador de la esfera venezolana, el expresidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido duramente criticado por el partido de Capriles. De acuerdo con el gobernador, el antiguo dirigente le aseguró que la recogida de firmas necesaria para que pudiese celebrarse el referéndum revocatorio no iba a ser paralizado por los tribunales, como finalmente ocurrió. Por su parte para participar en este diálogo Estados Unidos ha enviado a Thomas Shannon, subsecretario de asuntos políticos, el cual ha calificado este proceso de “muy positivo”
La mesa de negociaciones continúa abierta, y se presenta como alternativa al turbulento panorama que estaba viviendo la política venezolana. Cuatro temas, serán los que guíen el discurso de Gobierno y posición: soberanía, reparación a las víctimas, cronograma electoral y crisis económica.
María Prada Salmoral