El pasado martes 26 de febrero miles de jóvenes universitarios se unieron a la “Marcha Nacional de Estudiantes” para protestar pacíficamente contra el quinto mandato del presidente Abdelaziz Buteflika, candidato a las elecciones presidenciales del próximo 18 de abril. Es la mayor movilización desde la llegada al poder de Buteflika en 1999.
Abdelaziz Buteflika, de 81 años, en el poder desde 1999, actualmente se encuentra en Ginebra desde el pasado domingo por revisiones médicas. En 2013 sufrió un “accidente cadiovascular” que le impidió presentarse a las siguientes elecciones. Desde ese momento no habla en público, se mueve en silla de ruedas y sus apariciones públicas no son muy habituales. Pese a su estado de salud anunció que optaría por quinta vez a las próximas elecciones. Los opositores definen la candidatura Buteflika como una burla del poder para favorecer los intereses políticos y económicos que han vivido a la sombra del poder.
Los estudiantes tenían previsto empezar en la Facultad Central de la capital, que la policía trató de impedir cerrando las puertas con candados. Los estudiantes que quedaron retenidos en el interior apelaban “somos hermanos” y repartieron flores en un gesto “pacificador”. “Estamos aquí para hacer oír nuestra voz junto a los compañeros, pero no hemos querido entrar por si nos impiden volver a salir y hacernos fracasar en nuestra marcha”, declaró a Efe Miriam, alumna en tercer año de Arquitectura. A su alrededor, un amplio grupo de compañeros entonaban otros cánticos, como “Círculo de poder asesino”, “Argelia, libre y democrática” y “Ni Bouteflika, ni Said”, en alusión al hermano del presidente, al que consideran el verdadero líder del país junto a un puñado de militares. Después de la manifestación, el hecho de que los medios de comunicación no hicieran pública la manifestación ha provocado un malestar en la población.
Durante la década de los 90 los salmistas, el grupo más violento y sanguíneo, sembraba terror en Argelia hasta la llegada a la presidencia de Buteflika en 1999, que impulsó una política de reconciliación nacional y para aquellos que dejaron las armas llevó una política de reinserción a los salafistas. El régimen argelino está controlado por el ejercito y los servicios secretos, no llegando a resolver el principio de sucesión, lo que provoca que a falta de reglas la Jefatura del Estado prolongue su mandato por decisión propia, la cual es una característica universal de las dictaduras. En Argelia, el 45% de la población es menos de 25 años, estos jóvenes han salido perjudicados por la crisis económica debido a la bajada del precio del petróleo en los últimos años. Muchos de ellos se han visto obligaos amerar en pateras desde Orán.
Se convocarán nuevas manifestaciones en todo el país el próximo viernes.
Anne Gisasola.
Laura Avilés.