El pasado martes 18 de octubre, fue una fecha significativa para la diplomacia española, pues la prestigiosa Escuela Diplomática cumplió 75 años. El evento, que se celebró entre los muros del edificio que se alza en Paseo Juan XXIII nº 5 desde 1954, dio comienzo a las siete en punto, con la puntualidad y la clase que caracteriza a la institución.
Tras una presentación de los ponentes de la mano de la jefa de estudios y moderadora del evento, Helena Cosano; el Embajador-Director de la Escuela Diplomática, don Enrique Viguera Rubio empezó su discurso: las palabras y el tono del Director dejaban entrever sentimientos de orgullo y dilección, a la vez que empleando la objetividad y el análisis ,nos explicaba como “ la formación de los diplomáticos ha cambiado sustancialmente desde los orígenes de la escuela” .
El discurso del Embajador-Director repasaba de forma superficial, puesto que en profundidad habría requerido un evento propio; el prestigio, no solo nacional sino internacional de la Escuela Diplomática, así como su influencia y su papel inspirador en la diplomacia más allá de nuestras fronteras.
No obstante, cabe destacar que don Enrique Viguera Rubio, además de reconocer los merecidos méritos de a Escuela con respecto a su esfuerzo y capacidad para adaptarse generación tras generación a las necesidades que han ido emergiendo; también destacó la importancia de no acomodarse y seguir amoldándose a las necesidades de los tiempos que corren y de tratar de anticiparse a las que puedan venir.
“Una gran virtud de nuestro sistema es que ha sabido irse adaptando al cambio”
Fueron tres los puntos clave entorno a los cuales el Embajador-Director enfocó su discurso:
En primer lugar destacó uno de los aspectos que más obviamente ha evolucionado desde la fundación de la Escuela hasta la actualidad, pues hace 75 años únicamente hombres de nacionalidad española licenciados en derecho y con una salud física perfecta tenían las puertas abiertas a una carrera diplomática; hoy en día, se ofrecen plazas para extranjeros, para personas con discapacidades y el porcentaje de mujeres no deja de incrementar cada año. Prueba irrefutable de que la Escuela Diplomática, cambia y se adapta a los requerimientos de la sociedad, siendo esto un factor indudable para que la institución se encuentre celebrando su 75 aniversario con expectativas de celebrar muchos más.
Asimismo, don Enrique Viguera Rubio también hizo hincapié sobre aquellos puntos que podrían mejorarse, por ejemplo; involucrándose más en familiarizar y preparar a aquellos interesados en hacer las oposiciones, ofreciendo más becas, contar con más alumnos de países extranjeros, mejorar la formación impartiendo idiomas y ofreciendo seminarios, etc.
Finalizó su discurso agradeciendo la presencia a los asistentes y los ponentes, todo ello tras haber desarrollado el tercero de los puntos claves de su discurso hablando del Master que ofrece la Escuela Diplomática; describiéndolo como una “antesala” para aquellos que se están planteando iniciar una carrera diplomática, o como una herramienta aplicable muchos otros ámbitos además del diplomático.
Santiago Velo de Antelo, editor-director de la revista Diplomacia XXI fue el segundo ponente en el evento, dio comienzo a su discurso felicitando a la Escuela Diplomática por ser “una de las más antiguas y prestigiosas del mundo” y por ser una de las instituciones que contribuyeron a sentar las bases del actual derecho internacional destacando además, las Relaciones Internacionales como una “materia de interés nacional que afecta a todo el cuerpo social”.
Diplomacia Siglo XXI, es una revista que aborda los temas diplomáticos desde un punto de vista multidisciplinario, que incluyen temas como historia, geopolítica, arte o sociología. De hecho la calidad y relevancia de su contenido es tal que incluso instituciones diplomáticas en E.E.U.U. emplean algunos de sus contenidos como herramienta complementaria para la formación de diplomáticos destinados a países hispanohablantes.
Santiago Velo de Antelo, hablaba con gran estima de la Escuela Diplomática, reiterando el prestigio de la misma y la excelencia con la que a lo largo de sus 75 años; generación tras generación, incluida la de su padre, ha desempeñado su labor formativa.
La intervención que concluyó el acto fue la del Subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Cristóbal González-Aller. El Subsecretario dio comienzo a su discurso volviendo a agradecer la presencia a todos los asistentes, destacando “la variedad generacional” de los allí presentes. Asimismo C. González-Aller agradeció a Santiago Velo de Antelo el número de la revista Diplomacia Siglo XXI dedicado especialmente al 75 aniversario que se estaba celebrando.
Según nos contaba el Subsecretario, la Escuela Diplomática “consolida el trabajo de las instituciones de durante las cinco décadas anteriores habían trabajado para formar a los diplomáticos” de nuestro país, inaugurandose en 1942 la Escuela Diplomática que no cesará de adquirir el prestigio y el reconocimiento que la caracterizan 75 años más tarde. No obstante, a pesar de compartir el orgullo y la estima que manifestaron S. Velo de Antelo y E. Viguera Rubio, Cristóbal Conzález-Aller destacó la importancia de colaborar con el mundo universitario, por ejemplo el reconocimiento oficial del Master de la Escuela Diplomática de Madrid y del Ministerio de Asuntos Exteriores.
El subsecretario también destacó la notable capacidad de la Escuela Diplomática para adaptar su modelo de formación, siendo un claro ejemplo de ello la variedad generacional, pues dicha adaptación del modelo formativo ha ido de la mano de los cambios que ha experimentado la sociedad a lo largo de los años. Del mismo modo, el ponente recalcó que la formación diplomática es continúa, aprovechando para hacer mención de los cursos de ascenso, también ofrecidos por la Escuela, como por ejemplo; aquellos para ascender de Secretario a Consejero, o de Consejero a Ministro. Manteniendo esa perseverancia por adaptarse, Cristóbal Gonzalez-Aller compartió con nosotros iniciativas para otros cursos como los anteriores que enriquezcan la formación incluso de aquellos, que ya desempeñan una función laboral en la diplomacia.
El evento, a pesar de gozar de la clase y formalidad que caracterizan a la diplomacia en sí, gozó de un ambiente de familiaridad y cálidez. Aunque, sin lugar a dudas, lo más destacable de este acto de celebración del 75 aniversario de la Escuela Diplomática, es lo mucho que incitó a la reflexión; la diplomacia a pesar de asociarse a menudo, con la tradición e incluso con el pasado, está más viva que nunca y su capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos demuestra la importancia que tiene y seguirá teniendo en nuestra sociedad. La relevancia de las Relaciones Internacionales abarca muchos campos y en un mundo cada vez más globalizado y comunicado es importante ser consciente de ello.
Liam Alexandra Aronow Calvo
@liam_alexandra