Alejandra Sansivirini y Allison Veras
Después de que la Canciller alemana, Angela Merkel anunciase que no iba a renovar su candidatura, Europa entró en un periodo de incertidumbre. Las incógnitas de una Alemania sin Merkel están produciendo un contexto de grandes debates y proyecciones a futuro. En los últimos 14 años el país se ha visto representado por una figura determinante y perseverante como la Canciller, por lo que se aproximan nuevos retos en Alemania.
Los candidatos a Canciller federal de los tres partidos alemanes más importantes se han reunido recientemente para debatir sus cartas en el ámbito geopolítico, enfocándose en la posición que se debe tomar frente a China. Cada uno mostró una visión escéptica y dispar, por lo que de momento no se ha llegado a ningún consenso. Sin embargo, es importante resaltar la intervención de la candidata de los verdes, Anaalena Baerbock, quién expresó su sentimiento de avance al decir que estas elecciones deben servir para redefinir un nuevo rumbo en las relaciones con China y Rusia.
Baerbock, reconoció que China es un actor fundamental en las importaciones y exportaciones, pero que Alemania no puede tomar un rumbo enfocado exclusivamente en la esfera comercial. Al acudir a las urnas, Alemania lleva a sus hombros una gran responsabilidad, ya que abre una nueva etapa al liderazgo, que podría significar el cambio de rumbo de la política exterior alemana, e incluso, condicionar la posición de la Unión Europea en la escena internacional.
De acuerdo con un análisis realizado por Europa Press en su artículo “El ocaso de Angela Merkel: la era de la canciller ya tiene fecha de caducidad”, en relación a la política exterior alemana y China, se sugiere realizar un análisis enfocado en la “interdependencia económica”, ya que esta ha contribuido a mantener la estabilidad en las relaciones, siendo significativo para el desarrollo de las relaciones China-Unión Europea (UE) y para el sistema de comercio global en general.
Pese a ello, Alemania ha decidido ejercer una política bilateral y “no europea” hacia China; esto ha de significar una amenaza al compromiso con sus relaciones transatlánticas y con los principios estructurales de la política exterior de China. Ambos Estados han debido realizar un esfuerzo diplomático severo para superar las asimetrías políticas y normativas que caracterizan su relación.
Los comienzos de Merkel
La relación entre Alemania y China durante la primera etapa de la Canciller se caracterizó por ser de carácter distante, ya que prevalecía un distanciamiento debido a las asimetrías políticas que poseían ambos países. Sin embargo, a consecuencia de la crisis económica del 2008, se transformó dicha relación y, se convirtió en una diplomacia primordialmente económica y pragmática, en busca de supervivencia.
No obstante, en los últimos años las ciudades de Pekín y Berlín se han acercado mucho, políticamente hablando, y han formado asociaciones estratégicas integrales. Recientemente han firmado un acuerdo de protección recíproca de inversiones en la UE bajo la presidencia alemana. Esta asociación ha incrementado la cooperación política y económica entre ambos actores.
Según proyecta el People’s Daily, el Gobierno puede que busque trazar una nueva línea, inclinándose hacia la relación transatlántica o que continue la línea actual trazada. Resulta importante recordar que luego de la 13ª Cumbre del G-20, en Buenos Aires, Merkel y Xi Jinping sostuvieron una segunda reunión donde evaluaron la mayor apertura del mercado chino a las empresas alemanas y reivindicaron “salvaguardar el multilateralismo y una economía mundial abierta”, por lo que se espera que en futuros años esto así suceda. De todas maneras, es un debate abierto sumamente fresco, por lo que pasarán unos cuantos meses para poder entender la política de la nueva Alemania.
Esta historia de relaciones e interacción entre Alemania y China muestra una historia de actos y acciones de equilibrio entre valores e intereses principalmente económicos. Desde 2015 China es el socio comercial más importante de Alemania y este depende en gran parte del país asiático. Además, Alemania posee una responsabilidad indirecta de salvaguardar las relaciones comerciales y económicas de la UE, por lo que como hemos dicho al principio de la nota, se aproximan nuevos retos en Alemania y toda Europa está observando.