The Right Livelihood Foundation otorgó su premio a los Cascos Blancos por su “espectacular valentía, compasión y compromiso humanitario en el rescate de civiles de la destrucción por la Guerra Civil Siria”.
Desde 2013 los “Cascos Blancos”, un grupo de Defensa Civil Siria, son los encargados de rescatar y auxiliar a heridos y fallecidos tras el derrumbe de los edificios por los indiscriminados bombardeos ya provengan del Régimen, el ISIS o de la misma Comunidad Internacional. Se trata de un grupo de 3.000 mujeres y hombres que lejos de huir de su devastado país, han dejado de lado sus profesiones para luchar por la vida que allí queda.
En esta edición se ha batido con creces el récord de nominaciones ascendiendo a un total de 376 candidaturas, casi 100 más que en el año más exitoso (2014). A pesar de que la organización del Premio Nobel no revela las nominaciones ni a aquellos que presentaron la candidatura hasta pasados 50 años, conocemos que junto a los “Cascos Blancos” se encuentran otros nominados como los negociadores del acuerdo sobre el programa nuclear de Irán, el ex-espía estadounidense Edward Snowden e incluso afirman que el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.
El ganador del Premio Nobel de la Paz en 2015 fue el Cuarteto para el Diálogo Nacional en Túnez, siendo estos un grupo de instituciones que representan distintos sectores y valores de la sociedad tunecina. Fueron galardonados por su contribución de una democracia pluralista en el país.
Siempre polémicos, estos galardones premian tanto a individuales como organizaciones que contribuyen a la construcción de la paz o a la defensa de los derechos humanos. Los premiados obtienen, además del reconocimiento de la Comunidad Internacional, una cuantiosa suma de dinero que varía en función del año, en esta ocasión rondará los 800.000€ cada premio.
Si los Cascos Blancos obtuvieran el galardón el próximo 7 de octubre estarían a la altura de otros personajes como el recién fallecido Shimon Peres que compartió galardón con Yasser Arafat por sus esfuerzos para crear paz en Oriente Medio, Malala por su contribución a la lucha por el derecho al acceso a la educación de las niñas o Barack H. Obama por sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia y cooperación entre pueblos.
Igualmente, resulten premiados o no, jamás se podrá negar la valentía y la fortaleza que muestran día a día los Cascos Blancos en Siria.
Eva Pilar Carro