La circulación de las líneas 5 y 2 del metro de Madrid tuvo que ser interrumpida durante una hora el pasado 28 de septiembre. Fue en torno a las 14:00, debido al enfrentamiento protagonizado por dos jóvenes de origen latino: uno mayor de edad y el segundo menor, en el túnel comprendido entre las estaciones de Ventas y El Carmen.
Tal y como la Jefatura Superior de Policía de Madrid ha explicado a Europa Press, todo comenzó cuando el mayor de los implicados, de origen ecuatoriano, sacó un machete y comenzó a amenazar al otro, de República Dominicana. Este último reaccionó disparando un tiro al aire con una pistola detonadora (simula el ruido de un disparo, pero no lo efectúa). En el instante en que se produjeron los hechos, los servicios de seguridad de la compañía metropolitana, junto con la policía, intervinieron pidiéndoles a los pasajeros que se echasen al suelo, informa el periodista Luca Costantini.
Según fuentes de la Delegación de Gobierno, ambos jóvenes, que se encontraban bajo los efectos del alcohol en ese momento, ya han sido detenidos y tomaron declaración en la comisaria de Ciudad Lineal.
Este altercado no ha ocasionado heridos, pero sembró el pánico y produjo ataques de ansiedad entre los viajeros; algunos de los presentes reaccionaron abriendo la puerta y huyendo a pie por las vías. Y es que la mayoría de los allí presentes creyeron estar siendo testigos de un tiroteo, o incluso lo que podría haber sido un atentado terrorista islamista.
Desde el pasado 17 de agosto de este mismo año, tras el terrible atentado en Las Ramblas de Barcelona, no es de extrañar que la población reaccione de manera exagerada ante este tipo de sucesos puntuales. Una furgoneta que pasaba por la calle más transitada de la ciudad, donde se concentran multitud de turistas habitualmente, atropelló al mayor número de personas del que fue capaz. La policía autonómica aseguró que se trataba de un atentado terrorista, que tuvo como consecuencia 13 muertes y más de un centenar de heridos, además del terror social tras presenciar estas escenas que, lamentablemente, no son nuevas para España.
En el año 2004, el 11-M truncó la vida de 191 personas y hubo en torno a 1800 heridos; fue el ataque más mortífero en la historia de nuestro país. Cuatro trenes de cercanías albergaban en su interior múltiples mochilas con un total de diez bombas que explotaron la mañana del jueves 11 de marzo. Sólo dos días después, Al Qaeda reivindicó el atentado a través de un vídeo.
Pero nuestro país no es el único ni el mayor afectado por este problema de alcance internacional; el 20 de abril un policía resultó muerto, y otros dos y una civil heridos graves, en lo que fue un tiroteo real en los Campos Elíseos de París. Este incidente concluyó, además, con la muerte del agresor, quien fue abatido a tiros por la Policía
El jefe de la República francesa dijo que era “ataque terrorista”, poco antes de que el Estado Islámico reivindicara la autoría del ataque a través de un comunicado, recogido por el portal de seguimiento de información yihadista SITE, en el que identifica al autor del atentado como Abu Yusuf al Beljiki.
Juana Mula Guillén y Marina Alcázar