El pasado sábado ha resucitado el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, dormido desde el alto al fuego declarado oficialmente en 1994. En concreto en la zona de Nagorno-Karabakh, que trató de declararse República independiente en 1991 pero sin lograr el reconocimiento global, ni tan si quiera de Armenia. La mayoría de la población de esta zona, situada en Transcaucasia, se considera armenia.
Tras los 11 muertos que ha ocasionado la ruptura del alto al fuego, Azerbaijan ha vuelto a declarar un cese a la violencia de manera unilateral. El conflicto, ha durado cerca de 24 horas y también ha costado la vida al menos a un civil, según ha comentado un miembro del gobierno de Azerbaiyán.
Azerbaiyán expone que responderá bélicamente a las provocaciones de las tropas militares de Armenia. Por el contrario, Armenia sostiene que el gobierno de Bakú está atacando el territorio de Nagorno-Karabaj. “Armenia intenta compensar sus pérdidas en la línea de separación con el Karabaj con los ataques contra áreas de población. Nos obliga a tomar medidas. Conminamos de nuevo a la parte armenia a no utilizar la fuerza contra la población civil”, señaló el ministerio de Defensa azerbaiyano en un comunicado.La autoproclamada República independiente de Nagorno-Karabakh confirmó haber matado ya a unos 300 soldados azerbaiyanos y eliminado una veintena de tanques. En definitiva, tanto como Erevan se acusan mútuamente de haber violado el alto al fuego establecido tras la guerra en el año 1994.
Actualmente, la respuesta a quien disparó la primera bala permanece sin responder, del mismo modo que no podemos prever como se desarrollaran los acontecimientos a raíz de este conflicto; de hecho, ni siquiera las cifras de bajas coinciden en los distintos países protagonistas. Sin embargo, hemos de tener en cuenta la situación geográfica así como las diferencias ideológicas de los países involucrados y el contexto internacional en el que nos encontramos.
Francia, E.E.U.U. y Russia que debido a su papel en el conflicto original, se consideran supervisores de la disputa, siguen muy de cerca la evolución de los últimos acontecimientos en la zona. Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso y John Kerry, Secretario de Estado estadounidense han requerido a ambos países “al cese inmediato de las acciones militares”, postura respaldada por la OTAN.
Otros datos a tener en cuenta son, que el Azerbaiyán el 93% de la población es musulmana mientras que en Armenia este porcentaje se corresponde a un 0%, por lo tanto una de las bases de este conflicto es de carácter religioso. Por otro lado, Rusia posee una base militar en territorio Armenio. Según el especialista ruso en temas militares, Pável Felgenhauer: “esta escalada bélica en Nagorno-Karabakh puede conducir a un gran conflicto regional con la participación de Rusia y Turquía”, que comparten frontera con comparten frontera con Armenia y Azerbaiyán respectivamente; “Moscú siempre ha apoyado a Armenia y Ankara a Azerbaiyán” ha declarado Felgenhauer al diario ABC.
Rubén Abal, Liam A. Aronow