Trump desafía a Corea del Norte en su primera intervención en la Asamblea General de la ONU

Donald Trump habla por primera vez como presidente de los Estados Unidos, en la Asamblea General de las Naciones Unidas. / BBC Mundo

El pasado martes 19 de septiembre, comenzó el Debate General anual de la Asamblea General en la sede de Naciones Unidas de Nueva York.

La Asamblea General supone la oportunidad para los líderes de todo el mundo de reunirse y tratar asuntos que nos afectan a todos. En esta Asamblea, se encuentran representados de forma individual e igualitaria, los 193 estados miembros que constituyen las Naciones Unidas, teniendo cada uno de ellos un voto para influir en la medida de lo posible en cualquiera de las decisiones que deban tomarse.

Además, entre todos los líderes que estuvieron presentes en la inauguración de esta cita anual, hacía su primer debut el presidente americano, Donald Trump, siendo esta su intervención más importante en el escenario internacional. Y no podía irrumpir de otra manera, que con uno de sus característicos discursos que no dejan indiferente a nadie:

Su diatriba estuvo protagonizada por las reprimendas que el presidente estadounidense les dedicó a países como Cuba, Irán, Venezuela, y principalmente Corea del Norte, dejando de lado todo rastro del multilateralismo de su predecesor Barack Obama.

“Ninguna nación en la Tierra tiene el interés de ver que esta banda de criminales se arme con dispositivos nucleares y misiles”, se dirigió con esas duras palabras a Corea del Norte. “Estados Unidos tiene fuerza y paciencia, pero si se ve obligado a defenderse o a defender a sus aliados, no habrá otra opción que la total destrucción de Corea del Norte”, esto ha provocado el enfado del militar y secretario general norcoreano Kim Jong-Un.

Se refirió a este último como “Rocket Man” o el “Hombre Cohete”, alegando que está “en una misión suicida para él mismo y para su régimen”.

Y como no podía ser de otra manera, Kim Jong-Un ha respondido a sus provocaciones, propinando amenazas aún más contundentes si cabe: “Con seguridad voy a domar con fuego al desequilibrado y viejo chocho americano”, dijo, y su titular de Exteriores añadió que la forma de “domar” podría ser el lanzamiento de una bomba de hidrógeno sobre el océano Pacífico.

Previamente, no mucho tiempo antes de que el líder norcoreano pronunciara estas palabras, Donald Trump ya había anunciado nuevas sanciones unilaterales contra el régimen norcoreano. En concreto, contra “personas y sociedades que financian y facilitan los intercambios con Corea del Norte” en sectores como el textil, la energía o la construcción. Estas medidas afectan en gran parte a China, país cuya economía se apoya fuertemente en las relaciones comerciales con Corea del Norte, pues el 90% de las exportaciones norcoreanas provienen del gigante asiático.

En el segundo asalto, Trump también tuvo palabras para Venezuela, cuyo gobierno calificó de ser una “dictadura socialista completamente inaceptable”.

“El dictador socialista de Nicolás Maduro ha infligido un terrible dolor y sufrimiento a la gente buena de su pueblo. Su régimen corrupto ha destruido la prosperidad de su nación, imponiendo ideologías fallidas que crean pobreza y miseria”, dijo.

A esto, Maduro ha reaccionado a la intervención del presidente americano, denominándolo como “el nuevo Hitler de la política internacional”.

Por otro lado, al referirse a Irán, Trump dijo que Estados Unidos no puede aceptar un pacto que provee “cobertura para la eventual construcción de un programa nuclear”, por lo que no es de extrañar, que el presidente iraní asegurase que aumentará su capacidad militar y reforzar sus programas armamentísticos, incluyendo el de misiles, suponiendo esto un claro desafío lanzado directamente a los Estados Unidos.

Referente a Cuba, el presidente norteamericano anunció que, a menos que “haya reformas fundamentales” en el sistema de gobierno cubano, persistirán las sanciones económicas sobre el país, al menos durante la duración de su mandato. “Estados Unidos está en contra del régimen desestabilizador y corrupto de Cuba, y abraza el sueño de la gente cubana para vivir en libertad”, dijo Trump.

Al mismo tiempo, expuso en su discurso su doctrina de “Estados Unidos primero”, así como un sorprendente halago a las Naciones Unidas por ser un elemento de unión entre estados. Por otro lado, se contradijo, describiendo la soberanía de las naciones como los cimientos sobre los que debía apoyarse el sistema mundial.

“Tenemos que trabajar juntos y enfrentar juntos a aquellos que nos amenazan con el caos, agitación y terror”, añadió, pues tal y como expuso su punto de vista, dio a entender que opina que hay “naciones renegadas” que violan los valores principales de la ONU.

Finalmente, señaló que “el terrorismo y el extremismo que se han fortalecido y dispersado por cada región del planeta”, principal problema con el que debe lidiar el mundo en la actualidad.

 

 

Blanca Travé, Laura Avilés y Marina Alcázar

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