Escrito por: Emiliana Perozo
El día 8 de marzo se celebra internacionalmente el día de la mujer. Como de costumbre, alrededor del mundo se conmemoran marchas para la reivindicación del patriarcado, el fin del machismo, la igualdad y la violencia de género. Este 2022, después de 2 años de protestas canceladas por la pandemia del coronavirus, las mujeres de todas las edades, hombres y trans volvieron a tomar las calles de Madrid y del mundo; tiñendo nuevamente kilómetros de avenidas de morado. A diferencia de los años anteriores, este, el movimiento feminista y las manifestaciones estuvieron dividas en dos. La tradicional y la que se opone a los ideales y la agenda impuesta por Irene Montero, ministra de igualdad de España.
La concentración más grande se llevó a cabo en una caminata desde Atocha hasta Plaza Colón, donde miles de personas se plantaban bajo el lema “Derechos para todas, todos los días”, apoyada por PSOE, Ciudadanos y Unidas Podemos, según datos de la Agencia EFE y la delegación del Gobierno han acudido unas 50.000 personas, 100.000 según las organizadoras. Exponiendo entre las principales reclamaciones la precariedad laboral y el poco cumplimiento de las leyes contra la violencia de género.
Por otro lado, apenas a pocos kilómetros en Plaza España, se planto otra marcha liderada bajo la consigna “El feminismo es abolicionista”, la cual se oponía rotundamente a la agenda impuesta por Montero y a la autodeterminación de género de la Ley Trans por provocar el “borrado de las mujeres”, esta ley que está por incorporarse consiste en que una persona podra cambiar su nombre y su sexo en su DNI, sin la necesidad de informes medicos o tratamientos de hormonas a partir de los 14 años. La segunda causa de esta división, el gran debate por excelencis dentro del movimiento feminista, la prostitución, con la cual los lideres de esta concetración estan totalemente en desacuerdo y pusieron este asunto como un eje de su protesta, encunciando claramemte el ideal de la abolición de la prostitución, la oposición a los vientres de alquiler son otras de las razones por las que se celebró esta marcha multitudinaria.
Otro de las exigencias reclamadas por los manifestantes en ambas protestas, fue el fin de la guerra, alrededor de las calles se podían ver distintas pancartas con mensajes como “no a la guerra entre pueblos y sexos”, “feministas por la paz”, “no a la guerra”, etc. Igualmente, se gritaba y se alzaba la voz por las mujeres afganas, latinoamericanas, árabes, y todas aquellas que están en situaciones de injusticia e inferioridad.
A pesar de haberse celebrado dos manifestaciones para este 8-M, el propósito unánime a favor de la igualdad se mantiene. Cabe resaltar, que, estas diferencias ideológicas femeninas marcaron este atípico 8-M, y condicionaron la celebración del Día Internacional de la Mujer, propiciando que muchos de los mensajes políticos insistieran precisamente en la importancia de recuperar la unidad, para que así, el feminismo pueda seguir con su agenda de reivindicaciones y avanzando en la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres.