«¿Y la ayuda dónde está ?»
Eso mismo se preguntó el primer ministro italiano, Matteo Renzi en el 2014 cuando el resto de la comunidad europea les dejó a la deriva y sin comida. La operación «Mare Nostrum», fue ejecutada por «Marina Militare» para interceptar las embarcaciones de migrantes procedentes de las costas de Libia. Sin embargo, tras un año en los que se salvó al menos la vida de 300.000 personas, esto no fue suficiente para Europa, que tras la petición de ayuda del gobierno italiano, se negó totalmente.
Cierto es que esta operación costaba unos 300 mil euros diarios y que el gobierno italiano no podía hacer frente él solo. Sin embargo, nadie puso un solo granito de arena a esta causa, que finalmente fue sustituida por la Operación Tritón.
Ahora bien, es importante destacar que la labor de cada una de estas operaciones difieren en su totalidad. Mientras que «Mare Nostrum» se basaba en el rescate de los emigrantes a la deriva, la Operación Tritón se centra en la protección fronteriza de las costas italianas.
El pasado 13 de octubre mismo muchos españoles se hicieron eco de esta situación tan injusta gracias a Astral. Un documental de Jordi Évole en cooperación con A3Media que relata de primera mano el año que ha pasado un barco de rico en un mar de pobres. Esta labor totalmente humanitaria se lleva a cabo gracias a [1]Proactiva Open Arms, una organización no gubernamental formada por unos cuantos socorristas barceloneses conscientes de la situación en el Mediterráneo por la situación vivida en Lesbos el año pasado.
El barco fue una donación de Livio LoMonaco, un italiano que tras ver la situación gracias a los medios de comunicación decidió ceder su barco a estos amigos catalanes. Así pues, tras unos 300.000 euros invertidos a través de donaciones, el Astral salía rumbo en popa a toda vela el 28 de junio de 2016. Tras una semana, se comenzaban a avistar los primeros dinguis, así es como se llaman las embarcaciones de goma en las que los emigrantes arriesgan su vida. El Astral contaba además con dos lanchas motoras, estas serían las encargadas de llevar a cabo el transfer de personas de un barco a otro. Se puede ver también en el documental otros barcos como el Dignity de Médicos Sin Fronteras que no dan abasto.
Una vez los emigrantes suben al barco, se les proporciona agua y comida, a la espera que el Italian Maritime Rescue digan qué barco será el encargado de llevarles a tierra. Es más, las propias mafias que les venden el billete y no llenan el depósito ni a la mitad, son las mismas que les proporcionan un teléfono satélite para avisar a los guardacostas italianos cuando se queden a la deriva y también, los que poco después de hacer el transfer se encargan de recuperar las lanchas de goma que quedan en el mar para su reutilización o para la propia venta de la goma.
No es de extrañar que estas pequeñas barcazas parezcan salvavidas y sino que se lo digan a una madre con una niña de cinco años que, mientras la pequeña tomaba el biberón se daba cuenta de que su futuro iba a ser incierto, pero todo ello le daba igual porque su hija crecería en Europa, la adoptaría una familia europea y rechazaría todo tipo de derecho a ella con tal de que su hija tuviese una vida distinta a la suya por haber nacido en un país u otro.
Aunque no lo creamos, la suerte siempre esta de nuestro lado y es que, a este lado del Mediterráneo las playas no se tiñen de rojo, el agua no escasea y las bombas no son nuestra sintonía diaria.
Alba Cascales López
Traducción + RRII
[1] Organización no gubernamental basada en la ayuda a emigrantes en aguas internacionales : https://www.proactivaopenarms.org/es/prensa