Desde la votación del Brexit el 23 de junio, tanto el Reino Unido como la Unión Europea atraviesan una situación controvertida. La caída de la libra esterlina, el aumento de la xenofobia o la división que existe dentro del Partido Conservador son algunos de los temas más tratados en los últimos días.
El principal tema que genera división en el Partido Conservador es la forma de abordar las negociaciones sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Mientras unos defienden la ruptura total y el control de fronteras, otros son partidarios de mantener ante todo el mercado único. Figuras destacables de esta ultima postura son George Osborne, Kenneth Clarke o Nicky Morgan.
Pero May ha sido tajante y ha declarado “vamos a decir algo bien alto y claro: no nos vamos de la Unión Europea para renunciar otra vez al control de la inmigración”. Parece ser que la advertencia de la UE que anuncia que si no hay libre circulación de personas tampoco habrá mercado único no produce ningún efecto en los euroescépticos.
Los euroescépticos, además, gozan de una indudable ventaja ya que no solo la Primera Ministra sino también otros tres miembros del gobierno, claves en la negociación, abogan por romper todos los vínculos con la Unión Europea. Estos son Boris Johnson, Ministro de Asuntos Exteriores, David Davis Ministro del Departamento creado para negociar la salida y Liam Fox, Ministro de Comercio Exterior.
Como vemos Theresa May pone el control de fronteras como prioridad sobre los asuntos económicos. De hecho, una encuesta realizada a 25 países por la empresa Ipsos Mori, muestra que en el Reino Unido lo que más preocupa es la inmigración, siendo además el país al que más le preocupa el tema de todos los encuestados. Incluso por encima de los más afectados por la crisis de los refugiados como Alemania, Suecia o Turquía.
Desde el día en que ganó el sí, en el Reino Unido se están incrementando los ataques racistas y existe un claro aumento de la xenofobia. Un informe del Ministerio de Exterior, confirma que los crímenes de odio subieron un 41% en julio con respecto al mismo mes del año anterior, un 79% de estos delitos ha sido llevado a cabo por razones racistas.
Esto nos muestra que la campaña del Brexit está acentuando este tipo de discriminación la cual va acompañada de preocupantes delitos, hasta el punto de haberse aceptado en algunos círculos.
Otro efecto negativo que tendría el Brexit para Reino Unido sería perder esa gran atracción que ostenta Londres, como principal y prestigiosa ciudad financiera dentro de la UE. El Gobierno británico hizo unas estimaciones antes del referéndum sobre una posible salida de Reino Unido de la UE las cuales mostraron que a corto plazo daría lugar a una contracción del PIB británico.
Así mismo el comisario europeo Pierre Moscovici hizo por su parte ciertas consideraciones sobre el impacto que supondría el Brexit en el conjunto de la UE. Estas también dieron como resultado una connotación negativa en cuanto a la disminución del PIB a nivel europeo.
La devaluación de la Libra esterlina ha sido uno de los efectos colaterales del Brexit, el desplome de la moneda británica tras el referéndum, cotiza al nivel mas bajo en 30 años en relación con el dólar. Por otra parte, ha tenido una consecuencia positiva ya que convirtió al país en un destino turístico atractivo. Unos 3,8 millones de extranjeros visitaron las islas en julio, un récord histórico para un solo mes y un 2% mas que en el mismo periodo del ejercicio anterior.
En caso de que se produjese una desconexión compacta del resto de Europa, según el profesor Cesar Lojud las consecuencias más relevantes afectarían al sector comercial y al financiero.
Ester Castro
Jesús Martín
Ana Gadea