En su primer año de gestión, Francisco ha logrado a volver a captar el interés de millones de personas que habían abandonado toda la esperanza en la iglesia católica y está creando un clima no solo de reforma sino de transformación. Como excelente comunicador que es, siempre recuerda a las personas el valor de cambio y del respecto, insistiendo en decir que las “mudanzas empiezan a partir de nosotros, cuando reconocimos nuestras debilidades y valorizando nuestras fortalezas, nos tornamos capaces de cambiar la realidad en que vivimos”.
Jorge Mario Bergoglio, el primer Papa americano, nació en 17 de diciembre de 1936 y fue elegido en el segundo día de conclave, siendo el primero a usar el nombre de Francisco. Se convirtió en Papa en medio de varios escándalos de corrupción en el Vaticano y durante una fase muy difícil de la iglesia católica donde ya tenía y seguía perdiendo miles de fieles.
Tiene la humildad como principal característica y sigue dando el ejemplo a las personas, no solo en relación a la forma de ver y llevar la vida sino también en la forma de tratarlas. «Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos», algo que siempre dijo para explicar por qué rechazó mudarse a los apartamientos papales para vivir en un apartamento común y maneja su proprio Renault. Sigue diciendo que la solución para la pobreza no está en un acto de caridad, sino de justicia y por eso, “la Iglesia no debe mirar a Roma, sino a los pobres”.
Siempre teniendo algo de nuevo a enseñar a todos, el Papa sigue trayendo mudanza. En la víspera del desfile gay, la Iglesia lanzó una nota en apoyo de la comunidad gay, un acontecimiento que sorprendió a todos y que ocasionó un impacto necesario en la sociedad, mostrando que más do que nunca, ello y toda la Iglesia se dedican a defender los derechos humanos y que no toleran ninguna violación, independiente del color y de la orientación sexual.
Un líder humilde, inspirador y motivador, de que aún podemos esperar grandes sorpresas.
Cássia Benedetti Mascarenhas