Felipe VI: renovación de la monarquía e imagen de España

El pasado 19 de junio de 2014 Juan Carlos I, abdicó en su hijo Felipe, convirtiéndose este en el vigesimoquinto Rey de España. Encabezando en la actualidad la jefatura del Estado y el mando supremo de las Fuerzas Armadas. Y a su vez, se ha convertido en un elemento distintivo de la marca España.

El deteriorado estado de salud del exmonarca, la caza de elefantes en Botsuana, que tuvo un gran rechazo por parte de la opinión pública o los escándalos de corrupción dentro de la Familia Real, en la que Iñaki Urdangarín utilizó medios ilícitos para lucrarse a través del instituto Nóos, que repercutió en la imagen de la infanta Cristina que también fue imputada, resultaron propiciar el caldo de cultivo para la renovación monárquica a través de la abdicación del Rey, en Felipe VI.

En palabras del actual monarca, en su discurso de investidura “Una nueva monarquía para un nuevo tiempo”. Según una encuesta realizada por el diario el ABC tras cumplirse un año de reinado, la población española veía con buenos ojos la renovación. Un 55,7 por ciento de los encuestados cree que tras la sucesión, la imagen de la monarquía ha mejorado. En apenas un año y medio de su reinado se han llevado a cabo una serie de reformas de carácter notorio, entre las que se destacan: el encargo de una auditoría externa de sus cuentas realizada por la Intervención General del Estado, la prohibición a los miembros de su familia de trabajar para empresas, tener negocios en el sector privado o dedicarse a cualquier otro empleo que no sea el de representación institucional. También encargó un código de conducta para el personal de La Zarzuela, acorde a la nueva ley de transparencia, y pidió un acuerdo entre la Corona y la Abogacía General del Estado «que asegure que toda la actividad del rey se ajusta a la ley». Así el Rey se redujo un 20% su propio salario, retiró el título nobiliario de duquesa a su hermana Cristina, e inició un acercamiento para el diálogo con colectivos tradicionalmente discriminados como el de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (LGTB).

En el ámbito de la política exterior, el Rey ha dedicado el 24% de su agenda este año a las relaciones internacionales. La presencia de la figura del Rey en los acercamientos con los países de Latinoamérica, es indiscutible. Las relaciones con los territorios coloniales del antiguo imperio español son las más fructíferas y cercanas que tiene en comparación con las demás zonas del mundo. Durante el siglo XX y más concretamente a partir de 1975 con la llegada del Rey Juan Carlos I, las relaciones de España con América Latina iniciaron una fase de armonía y diplomacia dignas de resaltar.

Aunque la brevedad de su reinado ha impedido a don Felipe, igualar la trayectoria de iniciativas con América que dejó su padre como legado, ha mostrado actitud y determinación para continuar entablando estrechas relaciones con el continente americano. Ha presenciado como Príncipe 69 tomas de posesión de mandatarios latinoamericanos. Y asistió representando a España en la XXIV cumbre iberoamericana, que tuvo lugar en Veracruz México, en la que propicio el escenario idóneo para que el monarca se impusiera ante la comunidad latina.

Debido a los acontecimientos vividos por la monarquía en los últimos años del reinado de Don Juan Carlos I, la nueva y renovada cabeza del Palacio Real se ha esmerado por mejorar esta percepción. Es por lo anterior que durante la visita de Don Felipe a Estados Unidos, como primer encuentro oficial con el presidente Barak Obama, tuvo como objetivo reforzar la imagen exterior de España como un país fuerte y en busca de uniones sólidas que afiancen la figura de la monarquía. Además la visita se aprovechó para asistir al 450 aniversario de San Agustín en Florida, lugar reconocido como la ciudad de origen europeo más antigua de los Estados Unidos.

En ambas visitas el Rey resaltó varios puntos clave como el peso de la lengua española dentro del territorio estadounidense, la importancia de la inversión extranjera, invitando así a inversores de este país a participar en el crecimiento económico de España y afianzando la fiabilidad del país europeo para invertir; asimismo destaca el papel de los ciudadanos españoles en los Estados Unidos, resaltando su gran aporte en ámbitos como la ciencia y la tecnología.

Del mismo modo resaltó de manera enfática que estos dos países han tenido ya excelentes relaciones en el ámbito económico, no obstante queda aún mucho camino por recorrer dentro de esta fructífera relación. Reforzó la idea de fortalecer el ámbito político y militar en áreas como la seguridad mundial, representado en la presencia de ambos en la OTAN, así como en muchos otros escenarios como se menciona en la siguiente cita: “Amenazas globales necesitan soluciones globales, la mejor manera de garantizar nuestra seguridad es encontrar una manera de establecer estrechas alianzas. Hoy me gustaría reafirmar que desde una perspectiva española y europea, Estados Unidos es nuestro incondicional socio en enfrentar todos estos retos” (Discurso en ingles S.M. el Rey pide tratar a refugiados con humanidad y protección de sus derechos, 2015).

Como consecuencia de la crisis que asestó un duro golpe a la economía española, las relaciones con Estados Unidos (sobre todo durante la legislatura del ex-presidente Zapatero) se deterioraron. Por lo que el Rey ha creído pertinente reactivar las relaciones que tuvieron antaño, destacando el importante rol de las empresas españolas en el país norteamericano. Siendo una de las principales, sino la mas importante, tarea del Rey la de representar la nación ante el mundo. Este viaje tuvo como objetivo final el comienzo de una nueva era en la cual la monarquía y el Rey, como individuo, sean revalorados ante el mundo.

 Carmen Enríquez, cronista y biógrafa del Rey, a la hora de validar las aptitudes de Felipe VI, determina que lo más valorado, de forma claramente mayoritaria, es su formación y su proximidad a la gente. Ese “ aire campechano”” distintivo de su padre, parece heredado. El Rey afianza su identidad como europeo y español y aunque apenas ha pasado un año, se han podido apreciar sus nuevas medidas, entendiendo que la renovación no solo es la continuación de las tradiciones monárquicas, sino también una nueva oportunidad para afianzar el compromiso con su pueblo y darle un toque de frescura, energía y juventud a una institución como es la Corona de España.

  Finalmente en su discurso de navidad, el Rey señaló que el apoyo al proyecto europeo, la regeneración de la vida política, garantizar el estado del bienestar, y preservar la unidad desde la pluralidad, son los grandes retos a los que se enfrenta en la actualidad España. En palabras del monarca “El futuro reside en recuperar el orgullo de la conciencia nacional, abogando por una España moderna, de profundas convicciones democráticas, diversa, abierta al mundo, solidaria, potente y con empuje”. Esta es la imagen que el Rey Felipe VI, como marca, desea proyectar hacia el exterior sobre esta nación del sur de Europa.

Miguel Vidal Martínez, Daniela Riveros

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Publicaciones de la redacción del observatorio.

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