El Grupo de los Veinte (G20) representa un foro internacional que congrega a las 20 principales economías emergentes del mundo. Ya para 2008, el colectivo reunía a los ministros de finanzas y banqueros centrales de las principales economías para abordar los problemas económicos globales e impedir futuras crisis financieras. Sin embargo, en la actualidad el G20 ha cobrado tal relevancia que las reuniones representan un encuentro único entre los Jefes de Estado de distintos los países miembros. Como anfitrión de 2018, el presidente argentino Mauricio Macri llevó a cabo la celebración de la cumbre en la ciudad de Buenos Aires, una reunión donde las diferencias y tensiones diplomáticas fueron protagonistas.
La reunión, llevada a cabo durante el pasado viernes y sábado, empezó con la polémica aparición del príncipe Mohammed bin Salman, quien está bajo el foco internacional por la supuesta implicación del Reino saudí en el caso Khashoggi. No obstante, el monarca sostuvo breves encuentros con líderes como Emmanuel Macron y la primera ministra del Reino Unido Theresa May, el saliente presidente Peña Nieto y el surcoreano Moon Jae-in. Asimismo, el príncipe no dejó pasar un amigable encuentro con su homólogo, el presidente ruso Vladimir Putin, quien también asistió al encuentro bajo un clima de rechazo internacional por el incidente naval en el mar de Azor (Crimea) que ha reavivado las tensiones entre Estados Unidos y Rusia.
Precisamente, uno de los principales protagonistas de la cumbre fue el presidente norteamericano Donald Trump, quien tras las acciones del Kremlin contra Ucrania, decidió cancelar la reunión prevista con el mandatario ruso. Asimismo, a pesar de la incertidumbre, el portal digital The Guardian asegura que el príncipe heredero saudí mantuvo una “reunión amistosa” con el jefe estadounidense, sin tocar ningún tema de relevancia.
No obstante, uno de los acuerdos más relevantes durante la reunión fue la firma de un acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá. El USMC, representa una alianza económica que busca reemplazar al Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, en sus siglas en inglés).
De acuerdo al diario El País, “la presencia de los presidentes fue puramente protocolaria. Tras sus discursos, los tres firmaron, sentados a una misma mesa, donde ordenaban a sus ministros de Comercio -auténticos negociadores del texto”, lo que Trump defiende como “el mayor acuerdo comercial jamás alcanzado”, abogando por un área de libre comercio entre las tres naciones y por mejoras salariales en el sector agrícola y de manufacturas.
Trump además no dejó pasar la oportunidad para responder a las críticas de su proteccionismo económico y las crecientes tensiones con China. La guerra económica entre la Casa Blanca y el gobierno de Xi Jinping ha sido una escalada arancelaria entre ambas naciones desde el pasado mes de junio. A pesar de, el presidente Xi calificó su relación con el Trump como “increíble”, y que ambas naciones cooperan para impulsar la paz mundial y garantizar la salud de la economía global.
Sin embargo, uno de los temas más relevantes durante la celebración de la cumbre ha sido la irreversibilidad del Acuerdo Climático de París, siendo rechazado únicamente por el presidente de Estados Unidos. Así, frente a la propuesta medioambiental impulsada por el presidente Francés Emmanuel Macron, la cumbre cerraba en Buenos Aires con un documento final que demuestra las debilidades del sistema internacional actual y la falta de consenso entre los principales Jefes de Estado en la búsqueda de intercambios multilaterales que hagan frente a temas relevantes de actualidad: las guerras comerciales, los conflictos armados en Oriente Medio, el cambio climático, entre otros.