- La ciudad de Milán (Italia), construye un gigantesco muro con el fin de detener la venta de estupefacientes y la inseguridad.
No todo es oro lo que reluce en la denominada “Ciudad de la moda”. Entre sus rascacielos, tiendas de marcas de lujo y restaurantes aptos para pocos bolsillos, aumenta una preocupación en la población milanesa e incluso del norte de Europa. Una zona de casi sesenta y cinco hectáreas llamada “Bosco Magico”, situado junto a la estación de Rogoredo, a menos de 10 minutos en metro del centro de Milán, se ha convertido en el mayor punto de venta de droga de la región, regiones vecinas e incluso de Europa. Donde el ayuntamiento de Milán y Matteo Salvini imponen una solución o medida impositiva.
Rogoredo en los años 80 se movía alrededor del sector industrial, con una población claramente de clase obrera. A finales de los años, debido a la expansión urbanística del centro de Milán y a la construcción del paso elevado de Pontinia, provocó que el barrio se convirtiera en una especie de barrio “independiente”. Tanto que actualmente se ha convertido en un barrio marginal, donde sus vecinos utilizan adjetivos como sucio, en ruinas o peligroso para describirlo.
Los medios de comunicación se han hecho eco sobre lo que ocurre en este barrio, debido a la decisión tomada hace unos meses por el ayuntamiento de Milán. La construcción de un muro, si tal y como lo leen, un muro con un coste cercano a los tres cuartos de millón de euros, 4 metros de alto, más de medio kilometro de largo y que en pocos días estará finalizado.
Existían y existen zonas donde las fuerzas policiales evitan el acceso ya sea por la dificultad o por el peligro que esto conlleva. Los operativos realizados en los últimos 2 años, han conseguido reducir a la mitad el millar de personas que acudían diariamente, como también el número de traficantes que llevaban a cabo sus negocios. El conocimiento del terreno y su gran extensión, provocan que no se produzca la extinción total de este problema. Es aquí cuando entra la figura del muro como “medida” para evitar o al menos dificultar tanto la venta como la compra de estupefacientes.
La teniente alcalde del ayuntamiento de Milán, Anna Scavuzzo, asegura que “Somos conscientes que ningún muro acaba con el problema de la dependencia de la heroína”, “Es necesario poner en marcha una masiva intervención socio-sanitaria para disminuir la demanda y recuperar a los jóvenes”. También ha sido respaldada y ratificada por el gobierno italiano, de manos del anteriormente nombrado, el vicepresidente y ministro del gobierno italiano, Matteo Salvini (Liga Norte). A nadie le extraña su apoyo a esta idea, ya que sus ideas de extrema derecha, hacen que se sumen a una larga lista de cuestiones, como el tema del rechazo a los refugiados, a etnias como la gitana, etc; Frases como: “Desgraciadamente, a los gitanos italianos te los tienes que quedar”, hacen ver a la población tanto italiana como europea cuales son sus intenciones. Esta media recuerda a las incluidas en la agenda electoral de su partido político, como la de cerrar los campos de gitanos nómadas, o la de no aceptar e incluso echar a los refugiados que llegan al país italiano de forma ilegal.
Retomando el tema, también mostró su apoyo a la medida de intervenir y recalificar la zona, con el fin de retornar a los ciudadanos de Rogoredo lo que les pertenece y que por tantísimos años les ha sido arrebatado a la fuerza. Por lo tanto, la acción social también será de una gran ayuda para poder frenar y avanzar hacia un futuro más seguro.
Héctor Hernández Torremocha