El presente ensayo versará sobre lo que el autor Joseph Nye denomina Poder blando. En este se desarrollaran los puntos más importantes de su teoría con ejemplos y concluirá con una valoración personal.
Para ello debemos comenzar con definir qué se entiende por poder blando. El Soft power o poder Blando es la capacidad de un actor político (como por ejemplo un Estado) para incidir en las acciones o intereses de otros actores valiéndose de medios culturales e ideológicos, con el complemento de medios diplomáticos. Todo ello en lugar de utilizar la coerción/ amenazas (intervención militar) o los pagos (embargo económico); acciones más identificadas con el hard power o poder duro.
El poder Blando puede ser utilizado también por actores en política internacional como una ONG u otras instituciones internacionales. No podemos comprender el soft power como una herramienta real y cuantificable, debe ser entendida como una idea teórica que viene determinada por el punto de vista desde el que se observa una acción.
Tanto en su libro como en la charla Ted impartida, el autor se cuestiona el posicionamiento, la presencia y la proyección de EE.UU como una superpotencia o una potencia hegemónica. En su libro realiza un análisis de la dirección que está tomando el poder a escala global. Para ello es necesario entender dos conceptos tan importantes como son la transición de poder (cambio de poder entre los estados) o la difusión de poder (a través de la comunicaciones, los medios propagandísticos o informáticos). Mediante los cuales intenta vaticinar el futuro de EE.UU al mismo tiempo que lo compara con nuevas superpotencias como China, Rusia, India, Japón o la Unión Europea, las cuales están empezaron a poner en tela de juicio la hegemonía absoluta de EE.UU.
Con la caída del Bloque soviético en la guerra fría, se puso fin al modelo bipolar del poder. El autor nos habla que en la actualidad se vive en un periodo que tiende hacia un mundo multipolar cuyo equilibrio de poder ayudará al mantenimiento de la paz entre los diversos Estados.
En lo referente a la creación de influencia mediante soft power es fácil fijarse en un concepto que está muy presente en nuestras vidas, la globalización. Que podría definirse como un proceso de integración económico, social, cultural etc. que marca las pautas por las que se rige la Sociedad Internacional actualmente (Bancomundial.org, 2015).
Uno de los rasgos que más destacan de este proceso es el hecho de que la cultura local de cada lugar del mundo se ha visto desplazada por una nueva cultura global.
Los ejemplos en relación al poder blando son infinitos, desde las grandes producciones cinematográficas de Hollywood hasta la Moda de las nuevas tendencias de indumentaria de la pasarela de Nueva York pasando por la influencia de las marcas americanas en la gastronomía mundial o la inmensa influencia de anglicismo en el lenguaje actual. La expansión de esta cultura global supone para el país promotor, los Estados Unidos de América, una forma mucho más cómoda y rentable de ser superpotencia que el uso del hard power, que también está muy presente en la política exterior estadounidense. La globalización puede ser entendida como el resultado de la aplicación del soft power de manera masiva a nivel global que ha generado grandes beneficios e intereses para EEUU. Esta situación hegemónica creada por el indiscutible liderazgo de los Estados Unidos de America es lo que hoy en día se conoce como pax americana (Princeton.edu, 2015).
Existen varios ejemplos más o menos recientes como el del Imperio Británico o el Francés que mantuvieron una hegemonía basada no solo en el poderío militar si no en la expansión de su cultura y los beneficios que la metrópoli llevaba a las colonias.
Los imperios son grandes aficionados al soft power como elemento de control y de expansión, pero también existen países más pequeños que utilizan esta estrategia como método para promocionarse en la sociedad internacional.
Un claro ejemplo de esto es Noruega, un gran amigo de la paz mundial, que participa en muchas misiones de paz de la ONU, comprometido con la sostenibilidad y la ecología (a pesar de ser un gran productor de petróleo) y con el desarrollo de otros países y que a pesar de no tener una geopolítica importante y una escasa población de 5 millones, tiene un gran papel dentro de las organizaciones internacionales. Es conocido por su afán en la resolución de conflictos, los dos ejemplos más claros son el conflicto palestino-israelí y las conversaciones de paz para la resolución del conflicto en Colombia.
J.Nye habla sobre la importancia de la construcción de organizaciones internacionales como forma de promover, reforzar o reafirmar los valores de un país mediante el poder blando. En el caso de España, existe la Cumbre Iberoamericana que fue creada en 1991 y cuyo propósito es promover el diálogo y la cooperación entre España con los países sudamericanos que desde los procesos de descolonización habían dejado una relación de tensión y muchas veces de discrepancias. Mediante la creación de esta organización, que fue promovida principalmente por el Estado español, se intenta retomar una relación amistosa y de hermandad con las sociedades con las que España tiene un vínculo histórico.
Como hemos podido comprobar existen una extensa gama de ejemplos en la actualidad aplicables al poder blando de los Estados.
Parafraseando a uno de los padres fundadores de los Estados Unidos de América el ex presidente John Adams: “Hay dos formas de conquistar y esclavizar a una nación, una es con la espada, la otra es con la deuda”. Sin embargo J. Nye nos propone una reformulación de esta hipótesis. De tal manera que para “conquistar” una nación es preferible convertirse en un modelo atractivo a seguir, el cual las demás naciones quieran emular y todo ello predicando con el ejemplo.
Me resulta también muy atractiva la concepción del poder inteligente, un hibrido del poder duro y blando combinado. Ya que siendo realistas en los tiempos que nos han tocado vivir la diplomacia no siempre es el método más efectivo. No obstante siempre seré un defensor a ultranza del dialogo antes que de la violencia.
Carl Sagan un cosmólogo, astrofísico y escritor estadounidense de alto prestigio defendía que los viejos intereses, desde el chovinismo racial sexual y religioso, hasta el fervor fascista rabioso, están empezando a no funcionar. Una nueva conciencia se está desarrollando que ve a la tierra como un solo organismo. Por ello hay que tener en cuenta que un organismo en guerra consigo mismo está condenado. La forma de enfrentarnos a los desafíos que nos ofrece el siglo XXI, es a través de la cooperación y el trabajo conjunto. Hay que darle más importancia al soft power. En palabras del autor “Hay que olvidarse de la idea de que el poder se gana o se pierde. Debemos pensar en algo que nos beneficie a todos”.
La conclusión que podemos extraer de este análisis es que el soft power es un elemento fundamental de las relaciones internacionales y que se encuentra muy presente en la sociedad global actual ya que es una de las herramientas más útiles que existen para influir en los intereses de otro actor de sociedad internacional para que estos estén a favor de unos determinados intereses de forma pacífica.
Miguel Vidal Martínez