Julia Wagenpfeil
Una vez más, el profesor Pinto moderó una charla de las II Jornadas de Relaciones Internacionales de la UEM. En esta ocasión, la ponencia tuvo una duración de una hora y se habló acerca del poder de la desinformación, contando con la participación de Carlos Hernández Echeverria Monge, profesor de opinión pública de la universidad europea, y parte del International Fact Checking Network.</p>
“Es difícil obtener información de calidad porque te van a manipular” mencionó Carlos. Utilizar como estrategia la distribución de rumores o de supersticiones para manipular la opinión pública es una herramienta que siempre se ha utilizado a lo largo de la historia y que está presente en la guerra de Rusia y Ucrania. La gran diferencia entre las guerras pasadas y las actuales del siglo XXI es el uso de tecnologías.
Coexistimos en un entorno moderno y globalizado, en donde la desinformación cruza todos los días las fronteras, llegando a nueva audiencia, a través de todo tipo de medios de comunicación, radio, tv, redes sociales, WhatsApp, entre otros. Asimismo, la mayoría de personas no tienen los recursos para analizar aquel contenido y llegar a la conclusión de que es un bulo. Por lo cual, nuestra labor es mantenernos alerta a aquellas noticias, cuestionarlas, e ir en búsqueda de la verdad.
En el caso de la guerra de Rusia y Ucrania, la escalada y refinamiento del nivel de desinformación ha ido en crecimiento lineal.
Al comienzo de la invasión, los videos y fotos que veíamos circular en internet y eran bulos, podían ser captados sencillamente, “eran obvios”. Por ejemplo, utilizando animación de videojuegos de guerra para aparentar un mayor control militar o viralizar un video en donde se percibían aviones a lo lejos disparando al suelo, como si se apuntará a la población ucraniana. La realidad es que aquel video era un antiguo video de Turquía.
Pese a las herramientas utilizadas para captar el contenido falso, al pasar las semanas los contenidos de desinformación lanzados tanto por el gobierno ucraniano, ruso o otras fuentes independientes se han refinado y son más difíciles de captar. “cuando alguien inunda de desinformación no necesariamente está buscando como objetivo que tu te creas la desinformación, sino que simplemente que tu desconfíes de todo”
En las primeras 24 horas de guerra, el 24 de febrero, se desmantelaron 17 bulos de los cuales, la mayoría provenían o eran circulados por whatsapp. Es importante mencionar esto, porque a través de esta aplicación se difunde la desinformación, enviándola a todos tus contactos cercanos.
En el caso de España, la curiosidad por Ucrania aumentó el 24 de febrero. Los ciudadanos habitantes, comenzaron a “googlear” que estaba sucediendo y esto debe verse como algo positivo, ya que demuestra que en tiempos de guerra la población no es indiferente y quiere saber qué está sucediendo. Asimismo, se busca información veraz y confiable sabiendo de todas formas, que en la guerra la información baja su calidad.
Por último, el expositor se preguntó cuál es la intención de la desinformación? Respondiendo que es difícil de saber pero, en su opinión existen 3 diferentes motivos. En primer lugar, ganar dinero, en segundo lugar, favorecer a un bando/partido político/país que siga su ideología y en tercer lugar, por mero placer de engañar.