El cachemir es una de las telas más codiciadas por ser una de las más escasas y extrañas. Eso mismo le ocurre a la región de la que procede, por su riqueza, por su belleza, y sobre todo por su importancia estratégica, la disputa del territorio se alarga ya a más de 60 años.
A tenor de la reciente escalada de violencia en Cachemira, conflicto al que se suman otros 50 fallecidos, recordamos brevemente la historia para entender la tensión existente entre la India y Pakistán.
Cachemira (Kashmir) es una región del norte de la India que se encuentra en constante disputa desde la descolonización de este país en 1947, el territorio es aclamado por los países fronterizos Pakistán y China, y aunque la región oficialmente pertenece a la India de facto hay zonas totalmente controladas por los otros dos Estados.
De este modo, en términos porcentuales India controla el 43% de la región, Pakistán el 37% y China el 20%. La población de Cachemira asciende a 13 millones de personas entre las que el islam es la religión mayoritaria, profesada por casi un 70% de población seguido por el hinduismo con un 25%.
Hasta el momento han sido tres las batallas que se han librado en Cachemira, la primera justo tras la descolonización de Reino Unido en 1947, momento en el que los estados de la India y Pakistán hacían hincapié en sus diferencias culturales, religiosas e incluso sobre los códigos morales, para así afianzar su independencia y soberanía. La región de Cachemira entonces se encontraba gobernada por Maharajá Hari Singh quien intentaba promover su independencia pero ante las revueltas llevadas a cabo por la población musulmana respaldada por Pakistán, solicitó auxilio a la India y a cambio de la protección se firmó el tratado de Adhesión de Cachemira a la India.
La Comunidad Internacional se hizo eco de este suceso y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas decretó (S/RES/47 1948) la limitación de las fuerzas indias en la región siempre y cuando las tropas pakistaníes se retirasen y además la celebración de un plebiscito. Nunca se cumplió con dicha resolución.
Cinco años más tarde, en 1962 se produjeron más enfrentamiento sobre el control de la parte noreste de la región, pero en esta ocasión con la República Popular de China por el desacuerdo transfronterizo entre ambos estados. Tras una breve disputa China obtuvo el control efectivo de una gran parte de la zona.
Poniendo el foco de atención nuevamente en la frontera con Pakistán en 1965 estalló una nueva guerra por la injerencia de tropas pakistanís en Chachemira. A pesar del firme compromiso ante las Naciones Unidas de llegar a un acuerdo pacífico de la controversia, no fue hasta 1971, momento en el que Indira Ghandi era el presidente de la India y Zulfiqar Ali Bhutto el de Pakistán, cuando se comprometieron a respetar la línea de control establecida tras el último alto al fuego (17 diciembre 1974), así lo recogieron en el acuerdo de Simla.
La última guerra Indo-Pakistaní hasta el momento ha sido la más conflictiva y seguramente la más notable ya que el 13 de mayo de 1998 la India comenzó sus ensayos nucleares a los que Pakistán respondió tan dos semanas más tarde. Desde este instante, el conflicto pasó a ser nuclear. Una nueva contienda abierta durante el año siguiente hizo que la comunidad internacional actuara apoyando a la India y recuperando el territorio perdido en los años previos.
Una nueva escalada de violencia comenzó el pasado Julio con la muerte de Burhan Wani, joven pakistaní activo defensor de la independencia de la región de 21 años, muy popular debido a su gran influencia de las redes sociales. En el funeral se produjeron graves enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad (Indias) que provocaron la muerte de 48 personas. A este acontecimiento le han ido sucediendo otros tantos en los últimos meses, lo que ha causado un nuevo despertar del conflicto.
El pasado 18 de septiembre volvimos a presenciar un atentado contra una base militar India. Cuatro hombres armados acabaron con la vida de 18 soldados y más de una docena de heridos, siendo este el mayor ataque al ejército indio en Cachemira desde 2002.
A finales de este mismo mes, India lanza ataques quirúrgicos en la frontera con Pakistán. El director general de las operaciones militares indias, el teniente general Ranbir Singh, declara que este ataque se ha llevado a cabo con el objetivo de “salvaguardar su nación”. Es decir, se trata de una operación antiterrorista por amenaza de pakistaníes que planean atacar a India, basándose en una información “específica y creíble” según fuentes de la CNN. Estos ataques hacen que el Primer Ministro Indio se encuentre en una posición muy comprometida ya que sus ciudadanos reclaman el uso de la fuerza como método de defensa lo que podría conllevar a un enfrentamiento militar abierto.
Por otro lado, el ejército de Pakistán niega los ataques quirúrgicos. Defiende que simplemente se trata del fuego transfronterizo que mantienen en ocasiones. Además el gobierno pakistaní califica este acto como “una brutal y no provocada agresión”. El resultado de este enfrentamiento ha sido la muerte de dos soldados Pakistaníes.
Como reacción a la muerte de estos dos soldados, Pakistán ha capturado a un militar indio en la frontera de Cachemira (Kashmir) que cruzó hacia el lado pakistaní. Aunque las tensiones entre estos países siguen aumentando, las fuerzas armadas de ambos están conversando para liberar al soldado.
Mientras tanto, el toque de queda ha vuelto a dejar desiertas las calles, pero antes de que llegue la hora de quedarse en casa, los independentistas aprovechan para manifestarse y convocar huelgas. La prohibición de publicación de diarios, el cierre de los grandes mercados y el no funcionamiento de transporte público y de redes telefónicas, son algunas de las consecuencias que están sufriendo los ciudadanos de la región de Cachemira (Kashmir) debido a esta escalada de violencia.
Estos ataques hacen que el Primer Ministro Indio se encuentre en una posición muy comprometida ya que sus ciudadanos reclaman el uso de la fuerza como método de defensa lo que podría conllevar a un enfrentamiento militar abierto en el que atemoriza el hecho de que todas las partes implicadas sean potencias militares: India, Pakistán y China. Las Naciones Unidas preocupadas por lo que está sucediendo en esta región, han instado a ambas partes a actuar con moderación.
Ester Castro
Eva Pilar Carro