El objetivo era modificar los términos del polarizarte debate migratorio, sin embargo, la frase de Trump en su informe de gobierno no recibió muchas muestras de apoyo. Ambos lados parecen estar más lejos que nunca.
Dreamers o Soñadores ha sido el nombre dado por activistas a favor de la inmigración a cientos de miles de jóvenes traídos a Estados Unidos de manera ilegal cuando eran niños. Nombre que desde hace mucho tiempo ha molestado al presidente Trump, por lo que finalmente emitió una réplica: “Los estadounidenses también son soñadores”.
El presidente Donald Trump dijo que quiere que vengan inmigrantes a Estados Unidos “de todas partes”, a pesar de que días atrás afirmó a puertas cerradas que prefería a los inmigrantes de países como Noruega y no de África.
Aunque Trump considera su propuesta de inmigración como “un compromiso equitativo”, su discurso lo alienó más del grupo bipartidista de legisladores. Tal y como cita el periódico estadounidense The New York Times, “en vez de actuar como un catalizador para la cooperación, parece que solo profundizó la división”. Además destacó las ramificaciones políticas del lenguaje antiinmigrante que usó en la campaña de 2016 y durante su primer año en el cargo.
Evidentemente, las reacciones opuestas a sus comentarios sobre la inmigración fueron las que más destacaron. Los demócratas consideran que su discurso es una oscura y áspera representación de los inmigrantes como pandilleros y asesinos y por tanto se mostraron más en contra de un acuerdo con Trump que molestara a su base liberal. Mientras que algunos conservadores consideran que Trump había ido demasiado lejos, funcionarios republicanos descargaron su ira hacia los demócratas por lo que ellos consideran como su intransigencia.
Trump ofreció lo que considera una “mano tendida” sobre la inmigración y desafió al congreso a “finalmente conseguir” la largamente retrasada reforma del sistema. Pero al mencionar las generalidades de un plan que él afirma que cumple con su “promesa de firmar una ley que ponga a Estados Unidos primero”, Trump hizo referencia a las terribles imágenes de unas adolescentes asesinadas por integrantes inmigrantes de la pandilla MS-13.
Los demócratas reaccionaron con furia, al ver que el presidente vinculaba a la inmigración con la violencia de las pandillas y el homicidio. Nancy Pelosi, la representante por California y líder demócrata, calificó las declaraciones como “peligrosas” y contraproducentes para resolver el debate sobre el destino de los dreamers.
Funcionarios de la Casa Blanca no le dieron importancia a las críticas y destacaron que las encuestas instantáneas mostraron que un gran numero de personas está de acuerdo con los comentarios sobre inmigración del presidente con reacciones positivas de parte de los republicanos, conservadores y funcionarios de cuerpos de seguridad.
“El escucharlo decir que los estadounidenses también tienen sueños hizo que mi corazón se hinchara”, dijo Mary Ann Mendoza, cuyo hijo falleció en un choque frontal con un coche manejado por un inmigrante sin documentos que estaba drogado. Mendoza dijo que Trump había hecho una propuesta migratoria de buena fe. “Yo pienso que los demócratas necesitan aceptarla. Necesitan adentrarse en ella con una mente abierta y ponerse a trabajar”.
Senadores de ambos partidos se reunieron antes del informe para continuar con las negociaciones – pero sin poner mucha atención a su plan de cuatro partes -. Un asistente demócrata dijo que el grupo había ignorado las propuestas del presidente y estaba logrando un buen avance hacia una medida que podría recibir al menos los sesenta votos necesarios para acabar con el estancamiento sobre el debate.
Cristina Sanchidrián Perretta