El pueblo colombiano sella el destino del reciente acuerdo alcanzado por el Gobierno de Juan Manuel Santos y el grupo armado de las FARC. El 50.2% de la población rechaza el pacto que pretendía poner fin al conflicto armado del país, contrario al 49.7% que optó por el Sí. La abstención fue cercana al 60%, dejando ver la clara división que afronta la población en cuanto a los acuerdos alcanzados en la Habana y ratificados el pasado 26 de Septiembre en Cartagena de Indias.
La mala imagen de la guerrilla junto a la sensación de impunidad ante sus crímenes y la directa participación del grupo en la vida política ha derivado en el fracaso de un proceso que, a primera vista, iba a ser alcanzado sin mayores dificultades.
Los resultados del plebiscito del 2 de Octubre demuestran que el Gobierno, aunque ha conseguido pleno apoyo en el exterior, no ha sido capaz de convencer en las zonas más rurales, quienes han sufrido con mayor dureza las consecuencias de este longevo conflicto.
Los opositores al proceso, y recientes vencedores del plebiscito, han declarado que sí desean alcanzar una paz duradera, pero no a costa de las miles de víctimas que quedan olvidadas en lo que califican “un acuerdo que resulta ser una rendición ante los guerrilleros”.
El ex presidente Álvaro Uribe, máximo símbolo del No en Colombia, declaró que “La Paz es emocionante, los textos de la Habana son decepcionantes” y expresa que los opositores a estos acuerdos desean dialogar, pero no en estas condiciones.
El Presidente ha asegurado que el cese al fuego seguirá vigente a pesar de estos resultados y que esta misma semana se retomarán las conversaciones para alcanzar un nuevo acuerdo que consiga convencer a una población polarizada.
Elisa Lozano