El Consejero político de la Misión Diplomática de Palestina en España, Marwan Burini, visitaba ayer la Universidad Europea con el objetivo de ofrecer una master class sobre el conflicto palestino-israelí a los alumnos de relaciones internacionales.
En primer lugar, quiso aclarar que no estamos ante un conflicto religioso sino colonial. Destacó que el problema más urgente actualmente entre los palestinos es la división interna entre Hamás, en la franja de Gaza, y al Fatah en Cisjordania. Esta falta de coordinación imposibilita a la parte palestina a dar una respuesta coordinada y firme que sea capaz de defender sus intereses. Por ello, desde la embajada palestina consideran que actualmente es el principal problema que deben solventar.
Burini cree que sería necesaria la participación política de Europa y sus miembros, quienes hasta ahora no han sido más que “donantes” de la causa palestina. La razón por la que debería existir una mayor implicación europea, argumenta, es porque fue precisamente en Europa donde se originó el conflicto, al ostentar Reino Unido un mandato sobre el territorio. Aunque reconoce que las donaciones contribuyen al desarrollo de nuevas infraestructuras y proyectos, no favorecen sin embargo la solución del conflicto, que necesita una reacción más política que económica. Además, entiende que si bien España y los países mediterráneos en general sienten mayor simpatía por el pueblo palestino, deberían implicarse aún más como miembros de la Unión Europea para poner fin a este conflicto centenario.
El representante palestino denunció la situación crítica que sus compatriotas están viviendo a manos de las fuerzas israelíes. Y advirtió además de la progresiva judaización de Jerusalén, donde se están cerrando mezquitas, cerrando colegios árabes y sustituyendo los nombres árabes de las calles por otros en hebreo o inglés. En definitiva, concluye, los israelíes están “quitando la identidad de la futura capital de Palestina”.
En cuanto a la solución del conflicto, el representante palestino apuesta por la implementación de la resolución 181 (II) que las Naciones Unidas adoptó el 29 de noviembre de 1947. En ella se propone la creación de dos Estados diferenciados. Por una parte el Estado Palestino comprendería las regiones de Cisjordania y Gaza, mientras que el Estado Israelí obtendría el resto del territorio. Aunque pueda parecer sencillo, en la realidad hay muchos matices que impiden una división del territorio.