Ignacio Rupérez, nacido en Madrid en 1943, ha ostentado el cargo de embajador de España en Irak desde 2005 hasta 2008. Licenciado en Derecho y periodista, ingresó en la carrera diplomática en 1980. Entre sus destinos figuran países como Cuba, Ucrania, Egipto, Israel, Honduras e Irak, donde ha desarrollado una honorable labor de cooperación y representación. Además, ha desempeñado los cargos de jefe del Área de América del Norte, Subdirector de Asia Continental, Director de la Sección de Europa y Director de la Sección de Canadá en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
El que fuera embajador en Irak, ha tenido la amabilidad de compartir su conocimiento con el Observatorio de las Relaciones Internacionales, al que ha dedicado una interesante reflexión sobre los temas de mayor actualidad internacional. En primer lugar, quisimos conocer la opinión de un experto acerca de las posibilidades de éxito de las Conferencias de paz de Viena sobre el conflicto sirio. Al respecto, el Sr. Rupérez se muestra optimista y asegura que “el acuerdo puede favorecer un alto el fuego y después una solución, pues por mucho que las Naciones Unidas o la opinión pública internacional se pronuncie en un caso u otro es imposible llegar a un acuerdo sin el apoyo de las grandes potencias (Arabia Saudí, Estados Unidos, Rusia e Irán)”. En este sentido, argumenta que “el acuerdo entre “los grandes” es la única solución posible”. Además, define la situación en Siria como un “conflicto múltiple, no solamente por las facciones que están en el terreno sino también por los países que las apoyan”.
Para el experto, la gestión de D. Bernardino León en Libia es una “tarea muy difícil por la multitud de partes que existen. Todas ellas han logrado derrocar a Gadafi y creen que tienen derecho a conservar las armas y su territorio. El problema está en saber si Libia, Siria o Iraq permanecerán como países unitarios. La creación tanto de Libia como de Iraq fue a partir de la unión de tres provincias otomanas y ahora este marco está estallando porque cada provincia quiere tomar su camino. El caso de Libia, como en Siria, demuestra que es precisa la concurrencia de las grandes potencias regionales con unidad de objetivos”.
En cuanto a la naturaleza del terrorismo islamista, considera que “hay un componente emocional, ideológico e identitario importante detrás de la actitud de los terroristas” y destaca el factor antisistema contrario Occidente que presentan todos los miembros del grupo. La manera de combatirlo, asegura, es “con paciencia y constancia, desactivando el fenómeno terrorista a base de conocer quiénes son, cómo se comunican, cómo actúan y qué les falta para haberse llenado de estos componentes mesiánicos, ideológicos y milenaristas con los que actúan frente a Occidente”. Al respecto, añade que “la pobreza de vida unida a la exaltación de los mensajes a los que recurren forman un conjunto explosivo cuyas consecuencias debemos tener muy en cuenta”. Además, alerta sobre el fenómeno ideológico, identitario y emocional del grupo terrorista que, a pesar de ser una minoría en el conjunto internacional, son de gran efectividad. Aunque desde Occidente tenemos la percepción de que este fenómeno terrorista se expande cada vez más, el Sr. Rupérez nos recuerda que actualmente se están llevando a cabo labores de inteligencia que actúan sobre el núcleo del problema y que continuarán en el futuro.