Los principales centros de análisis de Estados Unidos creen que no ha habido ningún cambio positivo en Irán desde 1979.
El posible acuerdo nuclear allana el camino a un pacto de largo plazo que debería ser sellado antes de finales de junio y que permitirá poner fin al conflicto con Irán.
Apenas una hora después de que el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, y la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, leyeran una “declaración conjunta” redactada para el acuerdo nuclear, la Secretaría de Estado estadounidense difundió un documento titulado Los Parámetros para un Plan Comprehensivo de Acción Conjunta. Asimismo, Zarif envió a la prensa un resumen de las soluciones acordadas para alcanzar el Plan Comprehensivo de Acción Conjunta.
La comparación de ambos documentos presentó grandes diferencias que causaron desconcierto en Irán y obligaron a Zarif a dar explicaciones en la Comisión de la Seguridad Nacional y de la Política Exterior del Parlamento.
Una de las más destacables es la incertidumbre sobre el futuro de las instalaciones nucleares. En la versión iraní se lee que “ninguna de las instalaciones y actividades nucleares serán cerradas o suspendidas”, mientras que la versión estadounidense precisa que Irán “reducirá en casi dos tercios su actividad nuclear”.
Acorde con esto, Zarif declaró que “los estadounidenses tienen que justificar el acuerdo ante su opinión publica”. Además el titular de Exteriores iraní aseguró que “no han acordado ningún Plan Comprehensivo de Acción Conjunta” y que “todo es todavía un borrador”.
Pero la principal cuestión en la que los dos textos difieren es el mecanismo de levantamiento de las sanciones. Zarif reiteró que se eliminarán en cuanto se aplique el acuerdo final, mientras que en la explicación de EE UU se precisa que las sanciones estadounidenses y europeas se suspenderán cuando el Organismo Internacional de la Energía Atómica podrá verificar la aplicación del acuerdo por parte de Teherán.
El acuerdo nuclear que se puede crear podría provocar una reactivación de la sociedad civil iraní como consecuencia de que no haya sanciones económicas y que el hecho de verse integrado en el ámbito regional y global haga que la sociedad civil sea consciente de los cambios que se deben realizar. Todo ello haciendo que el aperturismo se produzca en Irán. Este aperturismo quizás se pudiera producir gracias a reformistas iranís moderados como Mohammad Jatamí, expresidente de este país y uno de los principales referentes de este movimiento.
Dicho esto, el acuerdo sólo tiene sentido para los estadounidenses si va a conducir a una mejora del régimen y para los iranís si Estados Unidos elimina algunas de las condiciones que quiere imponer. El camino restante hasta la firma de un acuerdo entre Irán y las seis potencias es complejo y laborioso.